Unos 128 millones de paquistaníes están llamados a acudir hoy a las urnas en unas elecciones generales marcadas por un aumento de los atentados terroristas y un clima polarizado. Solo ayer, un día antes de los comicios, dos atentados contra oficinas de candidatos políticos dejaron al menos 26 muertos y 49 heridos en la provincia sureña de Baluchistán.

Otro ataque contra un vehículo del partido opositor Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI) de Khan, en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, dejó al menos cinco heridos.

La campaña electoral ha estado marcada por los ataques contra candidatos electorales y personal de la Comisión Electoral, en especial en estas dos provincias con gran presencia de movimientos armados insurgentes.

Pero el aumento de la violencia comenzó hace años, coincidiendo con la llegada al poder de los talibanes en Afganistán a mediados de 2021, que según el Gobierno paquistaní propició un resurgimiento del grupo fundamentalista paquistaní hermanado con éstos, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP).

Ante esta situación, la Comisión Electoral se ha visto obligada a declarar a más de la mitad de los 90.582 centros de votación como en riesgo de sufrir violencia o atentados, un aumento frente al 44% durante los comicios de 2018. En el volátil Baluchistán, esta cifra asciende al 80%.

Esto implicará un mayor despliegue de las fuerzas de seguridad, unos 700.000 efectivos entre policías y militares según la Comisión Electoral.

El favorito

A la inseguridad se suma el precario estado de la economía, que en 2023 registró un crecimiento negativo del -0,47% según datos del FMI, y un polarizado paisaje político.

Uno de los candidatos más populares, el ex primer ministro Imran Khan, se encuentra descalificado tras ser condenado en múltiples casos la pasada semana, mientras que el también antiguo mandatario Nawaz Sharif se perfila como candidato favorito con el visto bueno tácito del poderoso Ejército.

La Liga Musulmana de Pakistán (N) (PMLN, en inglés) dirigida por Sharif se presenta como favorita a hacerse con la mayoría de los 266 escaños en liza, tras ver a su líder deshacerse en los últimos meses de los numerosos casos y condenas por corrupción a su vuelta de un exilio autoimpuesto en Londres.

Situación que contrasta con el PTI, obligado a presentar a sus candidatos como independientes por una decisión judicial, y cuyo dirigente encarcelado y exestrella del críquet acumula condenas por corrupción que le impiden presentarse a los comicios.

Sin mujeres

La ausencia de Khan en los comicios no es la única señalada. Faltan también mujeres.

En el conservador país de los puros, el primer país musulmán en contar con una primera ministra con la victoria de Benazir Bhutto en 1988, el 46% de los 128 millones de votantes registrados son mujeres. Pero entre los 5.112 candidatos que se disputan un escaño en la Asamblea Nacional apenas hay 313 féminas.

Esta cifra llevó a la Fundación Aurat, ONG que trabaja por los derechos de las mujeres, a denunciar el pasado sábado que un buen número de partidos ignoran la obligación por ley de presentar al menos a un 5% de candidatas en sus listas electorales.

Solo el Muttahida Qaumi Movement Pakistan (MQM-P) y el PMLN cumplen con el requisito. Otros, como el regional Partido Nacionalista de Baluchistán (BNP) o el religioso Jamiat Ulema-i-Islam (JUI-F) únicamente presentan a hombres.