La muerte este martes en un bombardeo en Beirut del número dos de Hamás, Saleh al Arouri, desencadenó la condena de las facciones palestinas, con amenazas de venganza por parte del grupo islamista contra Israel y protestas en las calles.

"Asesinato" lo calificaron el grupo islamista Hamás, la Yihad Islámica y la Autoridad Nacional Palestina, mientras Israel guardaba silencio.

La muerte violenta del número dos de la oficina política de Hamás, junto a otras cinco personas en el ataque de un dron, se produce mientras la guerra en Gaza se encamina a su tercer mes sin que se vislumbre un atisbo para parar el enorme número de muertes día tras día en la Franja.

Un "asesinato cobarde"

Hamás culpó a "la ocupación sionista", en alusión a Israel, de asesinar "cobardemente" a líderes palestinos "dentro y fuera de Palestina".

El bombardeo contra su oficina en Beirut "prueba una vez más el completo fracaso" de Israel en Gaza, aseguró en un comunicado.

El brazo armado de Hamás, las Brigadas al Qasam, del que era cofundador Saleh al Arouri, prometió "una respuesta a todos los crímenes" contra los palestinos.

De "cobarde y traicionero asesinato" lo definió el grupo palestino Yihad Islámica, que tiene una fuerte presencia militar en Gaza tras Hamás y también combate el Ejército israelí en la Franja.

El primer ministro del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohamed Shtayeh, condenó igualmente "el asesinato" y acusó implícitamente a Israel.

"Un crimen que lleva la identidad de sus autores", dijo en referencia a Israel, aunque sin nombrarlo abiertamente.

El primer ministro palestino alertó de "los riesgos y repercusiones que pueden derivarse de este crimen".

La ANP tiene un autogobierno reducido en partes de Cisjordania ocupada y carece de control directo sobre Gaza, que pasó a estar bajo control de Hamás cuando tomó el poder del enclave en 2007.

En Cisjordania hubo palestinos que salieron a las calles, en ciudades como Ramala o Yenín y en campos de refugiados, en marchas de protesta, algunos con banderas de grupos como Hamás.

El partido oficialista Fatah, con autogobierno reducido en Cisjordania, convocó una huelga general para este miércoles en este territorio, según la agencia de noticias palestina Maan.

Por su parte, el principal portavoz militar del Ejército de Israel, Daniel Hagari, afirmó que las fuerzas israelíes están "en un nivel muy alto de preparación en todos los frentes, en defensa y a nivel ofensivo", sin hacer referencia directa al bombardeo contra el número dos de Hamás.

Israel no suele confirmar ni desmentir este tipo de acusaciones. EFE consultó a la portavocía del Ejército israelí, que por ahora no hizo comentarios.

En el pasado se ha atribuido a fuerzas y servicios de Inteligencia de Israel asesinatos selectivos contra altos cargos o líderes palestinos en el extranjero, también de Hamás.

Al Arouri era uno de los líderes en el exilio más prominentes de Hamás, fue cofundador de su brazo armado y era visto como uno de los que planeaban las acciones armadas contra Israel desde el exterior.

Hizbulá: "Este crimen no pasará sin respuesta"

Por su parte, el grupo chií libanés Hizbulá aseguró este martes que la muerte de Al Arouri "no pasará sin respuesta" y calificó la acción del Estado judío como un asalto "muy peligroso" para el Líbano.

"Nosotros, en Hizbulá, confirmamos que este crimen no pasará sin respuesta ni castigo (...) Nuestras manos están en el gatillo y nuestros combatientes están preparados al máximo nivel", afirmó en un comunicado el movimiento chií, que controla la zona donde tuvo lugar la acción.

La formación chií denunció en su nota que el Estado judío ha recurrido a asesinar a "todos" aquellos que ayudaron a lanzar o apoyaron el ataque del 7 de octubre contra su territorio, tras ser incapaz de "subyugar" a los palestinos durante los últimos tres meses de guerra.

Por ello, consideró el ataque de hoy como un nuevo paso en la línea de acción que ya le llevó a asesinar a un asesor militar de la Guardia Revolucionaria iraní hace una semana en Damasco, que desde entonces ya ha sido objeto de otros dos ataques israelíes con misiles.

Hizbulá y el Estado judío están enzarzados en un intenso fuego cruzado a través de la frontera entre ambos países desde tan solo un día después del estallido de la guerra de Gaza, violencia que hasta ahora no había afectado a un radio de más de 50 kilómetros de la divisoria.