El Ejército israelí continuó este lunes su intensa ofensiva en la Franja de Gaza fortaleciendo a sus tropas terrestres ante una inminente incursión en el sur del enclave palestino, donde realiza fuertes bombardeos a pesar de que cientos de miles de civiles se refugian ahí de los combates y la destrucción en el norte. “Las tropas terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel continúan operando en la Franja de Gaza, al tiempo que la fuerza aérea atacó aproximadamente 200 objetivos terroristas de Hamás”, indicó un portavoz del Ejército.

Las tropas atacaron “infraestructura terrorista” ubicada dentro de una escuela en Beit Hanun, en el norte de la Franja, desde donde habían sido atacados, añadió, al precisar que en ese lugar había dos túneles, incluido uno con trampas explosivas, explosivos y otras armas.

Además, un avión de combate atacó vehículos que contenían misiles, granadas de mortero y armas, frustrando un ataque inminente contra soldados israelíes, mientras que otra nave atacó la infraestructura militar designada para tender una emboscada a las tropas con misiles antitanque, según el Ejército. De su lado, la Armada israelí atacó varios objetivos de Hamás durante la noche y apoyó a las tropas terrestres.

El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, teniente general Herzi Halevi, aseguró que sus fuerzas están expandiendo sus operaciones hacia el sur de la Franja, zona donde hasta ahora no habían irrumpido las tropas terrestres y anteriormente calificada como “zona segura” para la evacuación masiva de civiles.

Por su parte, el Ministerio de Salud en Gaza, controlado por Hamás, aseguró que “la ocupación amplió el alcance de sus ataques contra civiles y no dejó ni un centímetro de Gaza sin bombardeos (...) Afirma falsamente la existencia de zonas seguras”.

El pasado sábado, Israel ordenó la evacuación de varias zonas de Jan Yunis, en el sur del enclave, argumentando que esa zona ya es una “peligrosa zona de combate”, a pesar de que previamente ordenó el desplazamiento de la población del norte de la Franja hacia ese lugar.

Los ataques por aire tierra y mar del poderoso Ejército de Israel contra la devastada Franja han sucedido sin pausa desde que se inició la guerra el 7 de octubre, excepto por una tregua de siete días que duró del 24 al 30 de noviembre.

Más de 15.899 personas han muerto y unos 42.000 palestinos han resultado heridas en el enclave, el 70% de ellos niños y mujeres. Estas cifras podrían ser mucho mayores tomando en cuenta que hay unos 7.000 desaparecidos, muchos de ellos bajo los escombros.

Casi dos millones de desplazados

Asimismo, los bombardeos y las nuevas órdenes de evacuación por parte de Israel están empujando a los palestinos a “concentrarse en menos de un tercio” de la Franja de Gaza, donde casi 1,9 millones de personas han sido desplazadas desde el inicio de la guerra, advirtió la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). “La orden de evacuación empuja a la gente a concentrarse en lo que es menos de un tercio de la Franja de Gaza. Necesitan de todo: comida, agua, refugio y, sobre todo, seguridad. Las carreteras hacia el sur están congestionadas”, según advirtió en un comunicado el jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini.

El responsable de la ONU indicó que los bombardeos israelíes continúan tras las órdenes de desplazamiento desde la localidad de Jan Yunis hacia Rafah, en la frontera con Egipto, lo que ha obligado a más de 60.000 personas a refugiarse en instalaciones de la UNRWA “que ya estaban superpobladas”.

Asimismo, desmintió los rumores sobre supuestos planes de la ONU para establecer campamentos de refugiados en Rafah y recordó que “ningún lugar de Gaza es seguro, ni en el sur ni en el suroeste, ni en Rafah ni en ninguna de las llamadas zonas seguras” por parte de Israel.

“Los últimos acontecimientos están estrangulando aún más la operación humanitaria, con suministros limitados y complejos acuerdos logísticos y de coordinación que ralentizan y en ocasiones obstruyen el flujo”, denunció Lazzarini.

El jefe de la UNRWA acusó a las autoridades israelíes de “seguir restringiendo” el flujo de suministros humanitarios, incluido el combustible, por lo que la ONU se está viendo obligada a utilizar el “mal equipado” paso de Rafah, que une Gaza con Egipto, y que no está preparado para el transporte de camiones.

En este sentido, reiteró el llamado a las autoridades de Israel para reabrir el cruce de Kerem Shalom, también en el sur de la Franja, además de otros cruces para “facilitar la entrega incondicional, ininterrumpida y significativa de asistencia humanitaria”.

“No hacerlo viola el derecho internacional humanitario”, recordó Lazzarini, que lamentó que el fin de la tregua de una semana que se rompió el pasado viernes “ha provocado más sufrimiento, pérdidas y dolor a los civiles donde quiera que se encuentren”.

Por otra parte, el gobierno israelí confirmó la muerte de 15 de los 137 rehenes que siguen cautivos por Hamás en la Franja de Gaza. Así, aún quedan 122 rehenes con vida en Gaza de los más de 240 que secuestró Hamás durante su ataque el 7 de octubre, según las cifras del Gobierno de Netanyahu.