Las autoridades de Nagorno Karabaj anunciaron ayer la pronta evacuación de parte de la población a Armenia tras la capitulación de la región habitada por armenios pero perteneciente a Azerbaiyán, que lanzó esta semana una victoriosa operación militar. “Las familias que se han quedado sin hogar como resultado de las recientes acciones militares y deseen abandonar la república serán enviadas a Armenia con la protección de las fuerzas de pacificación rusas”, señalaba la declaración del Centro de Información de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj. El comunicado oficial añadía que, con respecto a la evacuación “de otros grupos de población” –en el Karabaj viven unas 120.000 personas–, las autoridades informarán “en breve”.
Después de varios días de confusión, el Comité Internacional de la Cruz Roja informó el sábado que pudo enviar 70 toneladas de ayuda humanitaria a la región a través del corredor de Lachín, bloqueado por Azerbaiyán desde finales de 2022.
Tanto Armenia como las cancillerías occidentales habían exigido a Azerbaiyán que desbloqueara el corredor de Lachín para que los karabajíes recibieran suministros de primera necesidad.
Limpieza étnica
Al respecto, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, aseguró ayer durante una alocución televisada que la llegada de cargamentos humanitarios “no cambia la situación”, ya que los armenios del Karabaj “siguen topándose con el peligro de una limpieza étnica”. “Si no se crean las condiciones reales para la vida de los armenios de Nagorno Karabaj en sus propias casas y mecanismos eficaces de protección ante limpiezas étnicas, entonces aumentarán las probabilidades de que los armenios del Karabaj vean en el exilio la única salida”, manifestó.
A su vez, aseguró que, en caso de necesidad, Ereván acogerá “con placer a los hermanos y hermanas de Nagorno Karabaj”. “Toda la responsabilidad en caso de dicha evolución de los acontecimientos recae en Azerbaiyán y los pacificadores rusos”, subrayó.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, aprovechó ayer su discurso en la Asamblea General de la ONU para condenar la “reiterada agresión” por parte de Azerbaiyán a su país y pedir a la comunidad internacional soluciones a este conflicto.
“La reiterada agresión de Azerbaiyán contra el territorio soberano de la República de Armenia y ataques militares contra el pueblo Nagorno-Karabaj perturba significativamente la paz y la estabilidad en nuestra región, viola masivamente los derechos humanos y el derecho humanitario representan una amenaza existencial para los armenios” comenzó explicando Mirzoyan.
Ante estos ataques dijo que su Gobierno “tiene la convicción y la aspiración de establecer la paz y la estabilidad”, pero que “por desgracia, no tenemos un socio para la paz sino un país que declara abiertamente que ‘el poder tiene el derecho’ y utiliza constantemente fuerza para perturbar el proceso de paz”.
Reunión clave
Por otro lado, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, se reunirán el 5 de octubre en Granada, según informó ayer el Consejo de Seguridad de Armenia. En dicha reunión, cuyo objetivo es abordar la firma de un tratado de paz entre ambos países, también participarán los líderes de Francia y Alemania, así como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armén Grigorián, viajará mañana a Bruselas para preparar el encuentro, señala el comunicado oficial. Grigorián mantendrán en la capital belga consultas con el principal asesor de la Presidencia azerbaiyana, Hikmet Gadzhíev.
Pashinián aseguró recientemente que en principio en la ciudad española no se firmará el tratado de paz, aunque se espera que se acerquen posturas.e