La visita a China de la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, se saldó con reuniones de alto nivel para mejorar la comunicación entre ambos países, especialmente en el apartado económico, si bien ambos lados reconocieron que siguen existiendo diferencias importantes en sus relaciones.

En sus cuatro días en la capital china, Yellen se entrevistó con los principales responsables de la política económica del país asiático, incluyendo al primer ministro, Li Qiang; al nuevo jefe del Partido Comunista Chino (PCCh) en el Banco Popular, Pan Gongsheng; al ministro de Finanzas, Liu Kun, o al viceprimer ministro He Lifeng.

En todas las interacciones, calificadas por ambos como “francas y productivas”, los dos lados enfatizaron en la necesidad de “evitar malentendidos” y tratar de encauzar su maltrecha relación, con lo que se emplazaron a seguir manteniendo “diálogo e intercambios”, si bien tanto Yellen como los funcionarios chinos reconocieron que existen amplios desacuerdos.

La parte china expresó sin rodeos sus preocupaciones “por las sanciones estadounidenses y sus medidas restrictivas contra China”, mientras que Yellen criticó las “prácticas injustas” de Pekín, citando, entre otros, “las barreras existentes para acceder a sus mercados”, y aclaró que Washington seguirá tomando “medidas específicas por motivos de seguridad nacional”.

En la mesa de negociaciones planearon las restricciones que EEUU impuso el año pasado a la exportación de semiconductores y materiales de fabricación estadounidense, medida llamada a limitar la capacidad de Pekín para fabricar piezas necesarias para el funcionamiento de superordenadores o sistemas militares avanzados.

Restricciones a las que podrían sumarse otras a las exportaciones de chips de inteligencia artificial a China, según la prensa estadounidense, ante lo que Pekín respondió esta misma semana con limitaciones la exportación de galio y germanio, dos metales clave para la fabricación de semiconductores, producto que se halla en el centro de las tensiones comerciales y tecnológicas entre ambos.

“Abusar del concepto de la seguridad nacional es algo que lo único que consigue es dañar los intercambios económicos y comerciales”, acusó la agencia estatal china Xinhua tras el encuentro del sábado entre Yellen y He, evidenciando las desavenencias.

Señal positiva para el mundo

La secretaria del Tesoro, por su parte, sacó también a la palestra en su nvisita las últimas “medidas punitivas contra firmas estadounidenses”, en referencia a las investigaciones lanzadas en China contra varias consultoras estadounidenses o la prohibición a la tecnológica estadounidense Micron de vender productos a clientes chinos.

En este sentido, la prensa china incidió ayer en que “es Estados Unidos quien debe trabajar con China” para que las relaciones vuelvan “al camino correcto”, si bien reconocen que los funcionarios estadounidenses están haciendo “esfuerzos” para mejorar los contactos.

“Es una señal positiva para el mundo, que necesita urgentemente que las dos grandes potencias económicas globales conversen y cooperen ante desafíos cada vez más mayores. Pero es necesario que Washington sea fiel a sus palabras”, comenta al respecto el diario oficialista Global Times en un editorial.