Ucrania se prepara para “operaciones activas” en el frente hasta mediados de verano tras 17 días de contraofensiva en el este y sur del país, donde Kiev amenaza con atacar más rutas logísticas de Rusia, a fin de mermar su capacidad de abastecer a sus fuerzas con armas y munición a través de Crimea. “En los próximos dos o tres meses habrá operaciones de combate activas, tanto ofensivas como defensivas, porque nuestro objetivo estratégico es la liberación de todos nuestros territorios”, dijo ayer el representante de la inteligencia militar ucraniana Vadim Skibitski.

Kiev, dijo, analizará a mitad de verano el potencial militar de Rusia, tras lo cual podrá evaluar mejor “la posible naturaleza de las acciones rusas de cara al otoño-invierno”.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, admitió que la ayuda de los socios occidentales puede reducirse o aumentar dependiendo del éxito de la actual contraofensiva, que transcurre de manera más lenta de lo que le gustaría, pero de forma positiva.

Sin embargo, recalcó que en la operación de septiembre para liberar la región oriental de Járkov y en noviembre el tercio norte de la provincia sureña de Jersón, el avance inicial también era lento, hasta que el éxito era ya visible para todos.

Rusia ha tenido más de un año para crear kilométricas líneas defensivas y minar casi 200.000 kilómetros cuadrados de territorio mientras Kiev estaba esperando la llegada de armamento pesado y de misiles de largo alcance de Occidente para poder empezar la contraofensiva, recordó ayer el asesor presidencial, Mijailo Podoliak.

El comandante de las Fuerzas Terrestres ucranianas, Oleksandr Sirski, enfatizó ayer que de momento la tarea es tantear las debilidades del enemigo, que tiene 400.000 soldados en Ucrania, y aseguró que aún no están involucradas las principales fuerzas en la contraofensiva.

Hasta ahora Ucrania ha recuperado ocho localidades en el sur de Donetsk y Zaporiyia, donde en algunas áreas “se ha avanzado” más esta semana, según la viceministra ucraniana de Defensa, Hanna Maliar. Mientras, al oeste de la región de Járkiv y en el norte de la vecina Donetsk (el frente Kupiansk-Limán), Ucrania ha “detenido la ofensiva enemiga”, aseguró.

Mientras, el jefe del Grupo de mercenarios ruso Wagner, Yevgueni Prigozhin, acusó a la cúpula del Ministerio de Defensa de Rusia de “engañar” al presidente del país, Vladímir Putin, sobre la verdadera situación en el frente. Aseveró que “el Ejército ruso retrocede en Zaporiyia y Jersón” y que las Fuerzas Armadas de Ucrania “lo están aplastando”, mientras que en Moscú “nadie envía reservas”.

Reponer los recursos

Otra táctica de Ucrania es atacar las rutas logísticas de Rusia en el sur, como hizo la víspera con el puente de Changar, que una la península de Crimea con Jersón. “Es muy importante agotar al enemigo, privarle de la capacidad de reponer sus recursos y de recuperarse. Y todo esto está incluido en el plan”, señaló la portavoz del Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Natalia Gumeniuk.

Explicó que el ataque la víspera contra el puente de Chongar, que une la península ucraniana de Crimea anexionada por Rusia con la parte ocupada de la región de Jersón, dañó la logística rusa y minimizó sus posibilidades de reponer recursos.

La carretera que pasa por el puente es la vía más corta desde la península hasta Melitópol, en la región de Zaporiyia, uno de los objetivos de la contraofensiva rusa junto a Berdiansk, a fin de cortar el corredor terrestre de Rusia a lo largo del mar de Azov. No obstante, imágenes de satélite de Planet Labs publicadas ayer muestran que Rusia ya construyó un pontón debajo del puente.

Ucrania sigue la misma estrategia que ya empleó en julio pasado, cuando bombardeó el puente de Antonivka sobre el río Dniéper en la región de Jersón en su esfuerzo por obligar a las fuerzas a retirarse al tercio sur de la región, algo que consiguió en noviembre en su primera gran contraofensiva.

En corto

Rusia amplía su ‘lista negra’. El Ministerio de Exteriores de Rusia informó ayer de que ha ampliado “significativamente” su lista negra con representantes de las instituciones europeas y de sus Estados miembros en respuesta a la última ronda de sanciones aprobada por la Unión Europea, la undécima desde el estallido de la guerra. Estas sanciones incluyen a representantes de organismos encargados de hacer cumplir la ley, organizaciones estatales y comerciales de los países de la UE, así como ciudadanos de sus Estados miembros que participen en el envío de suministros militares a Kiev.

¿Abandonar Crimea? El Servicio de Inteligencia de Ucrania manifestó ayer que, según sus informaciones, las Fuerzas Armadas de Rusia podrían estar preparándose para un escenario en el que tener que abandonar la península de Crimea, anexionada a Rusia en 2014 en un gesto que se considera como parte de los antecedentes a la actual guerra.