Los sudaneses aprovecharon la nueva tregua y salieron ayer a las calles en Jartum, con muy limitados recursos, en busca de alimentos y otros productos básicos que aún quedan en los mercados tras más de dos meses de combates que han interrumpido las cadenas de suministro en todo el país africano.

“La mayoría de las tiendas están cerradas, y las pocas abiertas ofrecen pocos productos”, reconoció Saleh Abdalá, un funcionario residente en el este de la capital sudanesa, una de las áreas más castigadas por los combates y bombardeos, que se han callado en raras ocasiones desde el 15 de abril.

Abdala, como la mayoría de los funcionarios en Sudán, se quejó a de que no ha recibido su salario desde el inicio de los enfrentamientos entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), quienes ayer parecían cumplir con la nueva tregua de 72 horas que entró en vigor a 6.00 hora sudanesa (4.00 GMT).

El nuevo alto el fuego, mediado por Estados Unidos y Arabia Saudí, permitió un notable aumento del movimiento de los habitantes por las calles de la capital, donde algunos comercios y farmacias abrieron sus puertas.

Se notó también un creciente tráfico en las carreteras, incluidos los distritos del norte, oeste y el sur de Jartum, escenarios de continuos enfrentamientos y bombardeos áereos y artilleros desde el estallido de los combates.

La interrupción de las cadenas de suministros, la falta de ayuda y de corredores humanitarios, así como la creciente inseguridad ha obligado a cientros de miles de sudaneses a huir a regiones más seguras o a desplazarse a países vecinos, especialmente Egipto, Chad y Sudán del Sur.

Ante la trágica situación humanitaria causada por los combates,, Arabia Saudí anunció que albergará hoy una conferencia de alto nivel para abordar y anunciar compromisos destinados a apoyar la respuesta humanitaria en Sudán.

Según el Ministerio de Exteriores saudí, a esa cita acudirán delegaciones oficiales de Catar, Egipto, Alemania, la Organización de las Naciones Unidas representada por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la UE y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Se desconoce la cifra exacta de víctimas por los combates, que se estima en unos 1.173 civiles muertos y 11.704 heridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) que citó al Ministerio de Salud de Sudán.