La Policía griega ha solicitado a la agencia policial de la Unión Europea, la Europol, que colabore en la investigación del trágico hundimiento el pasado miércoles de un barco con entre 500 y 700 personas a bordo. El pesquero naufragó en aguas del Peloponeso y dejó al menos 78 muertos confirmados, entre los temores a que la cifra real de fallecidos sea mucho más alta, dado que solo han sido rescatadas 108 personas.

Concretamente, la investigación se centra en nueve supervivientes que fueron arrestados por pertenecer supuestamente al grupo de traficantes de personas que organizaron el trayecto. Se trata de nueve egipcios, de entre 20 y 40 años de edad, uno de los cuales está en el hospital.

A todos se les acusa de pertenecer a una red más amplia de contrabando que ha organizado en los últimos meses hasta 18 viajes desde la costa de Libia en dirección a Italia, según la radiotelevisión pública griega ERT.

Con respecto al viaje, los testimonios recabados en las últimas horas matizan que el barco en este caso no partió inicialmente de Libia, sino que zarpó desde Egipto. Sí paró en Libia, en el puerto de Tobruk, como paso previo a su travesía final hacia el sur de Europa, que contemplaba en principio llegar a Italia.

Uno de ellos, en concreto, se trataría de la “mano derecha” del capitán del sobrecargado navío, que habría fallecido en el naufragio. Otro de los sospechosos se habría encargado de intimidar a los pasajeros que se negaban a proseguir el viaje a Italia.

Los nueve comparecerán mañana ante un juez de Kalamata bajo los cargos de tráfico de personas, pertenencia a organización criminal y por causar un naufragio, añade el diario Kathimerini, mientras que los servicios de rescate, según las fuentes del medio, van dando casi por imposible el hallazgo de nuevos supervivientes.

Las operaciones de búsqueda de las autoridades griegas continuaban ayer, por cuarto día al suroeste de la península del Peloponeso, donde aún hay cientos de desaparecidos. Cuatro embarcaciones, incluida una fragata de la Armada y un helicóptero, siguen operando en la zona, si bien la posibilidad de que se encuentre a alguien con vida más de 80 horas después del siniestro son casi nulas.

La mayoría de los 104 rescatados, todos hombres, entre ellos ocho menores, fueron trasladados al centro de acogida de Malakasa, a las afueras de Atenas, para que empiece el proceso de identificación. Todos los náufragos encontrados con vida fueron rescatados el miércoles, poco después del hundimiento del barco.

En el hospital de la ciudad de Kalamata, el puerto más cercano al lugar del naufragio, permanecen hospitalizados 22 migrantes, sin que esté en peligro la vida de ninguno de ellos. Según los medios locales, entre 500 y 700 inmigrantes podrían haber viajado a bordo de la embarcación de 30 metros de eslora, entre ellos muchas mujeres y niños, en una de las mayores tragedias migratorias de la historia en el Mediterráneo.

Los rescatados, procedentes de Pakistán, Afganistán, Egipto, Siria y Palestina, habían sido trasladados en un principio a Kalamata, donde empezaron a llegar familiares de los que estaban a bordo del pesquero desde el extranjero buscando a sus seres queridos mostrando fotos en sus móviles.

Tráfico de personas

De entre los nueve hombres que han sido detenidos y se enfrentan a los cargos de formar una organización criminal para el tráfico ilícito de inmigrantes, causar un naufragio y poner vidas en peligro, solo uno ha confesado que pertenece a una red de traficantes de personas.

Duras críticas a la guardia costera

  • Por no intervenir. La Guardia Costera griega ha sido duramente criticada por medios y organizaciones internacionales, así como por ONG, por no intervenir desde el primer momento que divisó la sobrecargada embarcación el martes. Según las autoridades, los guardacostas ofrecieron repetidamente asistir al pesquero pero los supuestos responsables a bordo rechazaron la oferta de ayuda, expresando su deseo de continuar el viaje rumbo a Italia. “Ese barco no estaba en condiciones de navegar y no importa lo que hubieran dicho algunas personas a bordo”, señaló en su cuenta de Twitter Vincent Cochetel, enviado especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados para el Mediterráneo.