Al menos 18 personas fallecieron ayer en bombardeos masivos rusos sobre Jersón, según informaciones de la Fiscalía de esa región ucraniana, parcialmente ocupada por las tropas rusas. Doce de esas víctimas mortales se registraron en la ciudad de Jersón y el resto en otros puntos de la región, de acuerdo con el portal Ukrinform.
La administración militar de Jersón había anunciado el miércoles un toque de queda de 58 horas a partir de mañana, coincidiendo con los preparativos ucranianos para su esperada contraofensiva militar destinada a recuperar territorios ocupados por Rusia en el este y el sur del país.
Los bombardeos se produjeron sobre infraestructura civil y de forma indiscriminada y causaron, además de las víctimas mortales, al menos unos 46 heridos. Ya por la mañana las autoridades regionales habían denunciado un ataque contra una estación de trenes de Jersón, con al menos un muerto y tres heridos. La ciudad de Jersón fue liberada por las fuerzas ucranianas en noviembre tras ser ocupada por Rusia al principio de la guerra y es bombardeada a diario por Rusia desde el otro lado del río Dnipro.
“La situación en la región de Jersón no es tranquila, ya que los rusos han estado bombardeando infraestructuras civiles y a la gente desde primera hora de la mañana”, agregó el jefe de la administración regional, Oleksandr Prokudin.
Ucrania activó asimismo este miércoles las alarmas antiaéreas en Kiev y prácticamente todas las regiones del este del país. La medida sigue a la acusación lanzada desde Moscú, imputando a Kiev haber lanzado un ataque con drones sobre el Kremlin para matar a Putin.