Los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) continuaron ayer por quinto día consecutivo pese a la tregua de 24 horas que entró en vigor a las 18.00 hora local (16.00 GMT) del pasado martes, pero que no fue respetada con numerosas acusaciones entre las partes de violar el armisticio.

Según señalaron los testigos, numerosos combates y tiroteos se produjeron en la mañana de ayer sobre todo en las cercanías de la Comandancia General de las Fuerzas Armadas, y el Palacio Presidencial, en el centro de la capital, donde se han registrado duros combates desde el inicio de los enfrentamientos.

Columnas de humo denso se elevaban desde primeras horas del día en la zona del Aeropuerto Internacional de Jartum, que fuentes militares atribuyeron a un incendio causado por un ataque de las FAR contra los almacenes de combustible de aviones en el aeródromo. Testigos presenciales afirmaron que aviones del Ejército bombardearon también una base de las FAR en el barrio de Kafuri, en el norte de Jartum.

Acusaciones mutuas

Tanto el Ejército como las FAR se acusaron de infringir la tregua, la primera de 24 horas desde el inicio de los combates el sábado, así como de atacar instalaciones civiles, incluidos centros médicos y mercados en la capital y en otras regiones de Sudán.

El portavoz del Ejército, coronel Nabil Abdulá, acusó de nuevo a las “fuerzas rebeldes” de las FAR de incumplir la tregua, y de “moverse en grupos pequeños sin liderazgo ni plan” y “realizar operaciones de saqueo en algunos barrio de la capital y en la ciudad de Merowe”, en el norte del país y fronteriza con Egipto.

Asimismo, afirmó que “por quinto día consecutivo esos grupos rebeldes atacaron la Comandancia General (...) pero han sido derrotados y han sufrido importantes bajas, además de la destrucción de varios vehículos de combate”, dijo el portavoz, citado por la televisión estatal sudanesa.

“Ha sido fácil desde el principio bombardear las concentraciones de esas fuerzas rebeldes en el centro de Jartum y eliminar la rebelión en horas, pero las fuerzas armadas no pueden poner en juego la vida de la población”, añadió el portavoz y llamó nuevamente a los efectivos de las FAR a rendirse y a entregarse a las Fuerzas Armadas.

Por su parte, las FAR afirmaron que el Ejército atacó “con armas pesadas desde primeras horas de la tregua nuestras tropas, mientras los aviones atacaron complejos civiles, incluidos hospitales”, así como las “estaciones de suministro de agua y electricidad”.

Fuentes sanitarias advirtieron sobre la grave situación humanitaria en el país y alertaron de que más de la mitad de los hospitales en Jartum, y en los estados vecinos se encuentran fuera de servicio, mientras que el resto están en riesgo de cierre.

Al menos 270 personas han muerto y más de 2.000 resultaron heridas en los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido, según la Organización Mundial de la Salud.

Llamada de las embajadas

Mientras, una quincena de embajadas occidentales en Sudán exigieron ayer al Ejército y a las FAR que “pongan fin a las hostilidades de inmediato y sin condiciones”.

A través de un comunicado conjunto, las misiones diplomáticas instaron al líder del Ejército, Abdelfatah al Burah, y al comandante paramilitar Mohamed Hamdan Dagalo a “evitar nuevas escaladas, cesar las hostilidades y detener el movimiento de las fuerzas”.