La imparcialidad de Sue Gray, la funcionaria a cargo de la investigación del partygate, las fiestas en Downing Street durante la pandemia, es cuestionada este viernes por los conservadores británicos tras revelarse que ha aceptado ser la nueva jefa de gabinete para el líder de la oposición laborista, Keir Starmer.

En 2022, Gray concluyó que no se debieron “permitir” las fiestas que tuvieron lugar en la residencia oficial de Downing Street durante la pandemia cuando Boris Johnson estaba al frente del Ejecutivo tory, y dijo también que hubo “fallos de liderazgo y de juicio”.

Johnson se vio forzado a anunciar su dimisión en julio de 2022 después de que varios miembros de su Gobierno renunciasen tras publicarse el informe del partygate.

Gray asumirá ahora el cargo de jefa de gabinete de la oficina del líder laborista una vez cumplidos los “procedimientos normales”, que establecen que un funcionario debe esperar un mínimo de tres meses antes de aceptar otro empleo fuera del Gobierno.

Un portavoz laborista señaló ayer a los medios que Gray “espera aceptar el puesto” en la oficina de Starmer una vez superado el proceso normal para estos casos. La portavoz de Cultura del Laborismo, Lucy Powell, defendió a la funcionaria al insistir en que es “imparcial” y que ella no entregará al Partido Laborista material oficial del Gobierno.