Las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk, afín a Rusia, han anunciado este viernes la muerte del ciudadano británico Paul Urey bajo detención por causas naturales, en lo que se trataría del fallecimiento del primer extranjero bajo la custodia de los separatistas prorrusos desde el comienzo de la guerra en Ucrania.

Urey, identificado por las autoridades de Donetsk como un "mercenario", falleció el 10 de julio a causa de "enfermedades crónicas y un estado psicológico deprimido", según ha hecho saber la Defensora del Pueblo de Donetsk, Daria Morozova, en su canal de Telegram.

Sin embargo, la ministra de Exteriores de la RPD, Natalia Nikonorova, ha detallado más tarde ante los micrófonos del canal Rusia24 que la información oficial es que Urey ha fallecido por "insuficiencia coronaria aguda, complicada por un edema pulmonar y cerebral".

De acuerdo con la Defensora del Pueblo, Urey fue hecho prisionero en abril mientras intentaba atravesar un puesto de control controlado por las tropas de la RPD. Según Morozova, era un soldado profesional que participó en conflictos en Afganistán, Irak, Libia y Ucrania, dirigió operaciones militares y también participó en el reclutamiento y entrenamiento de mercenarios para las formaciones armadas de Ucrania.

Por contra, Dominik Byrne, cofundador y director de operaciones de Presidium Network, aseguró a 'The Guardian' que Urey, de 45 años, estaba trabajando de forma independiente en Ucrania como voluntario de ayuda humanitaria.

Morozova también ha confirmado que Urey estaba recluido en una institución penitenciaria de la RPD en el momento de su fallecimiento. En su ingreso fue diagnosticado con diabetes insulinodependiente, daños en el sistema respiratorio, riñones y una serie de enfermedades del sistema cardiovascular.

Depresión

Además, la Defensora del Pueblo ha declarado que Urey padecía de un tiempo a esta parte un cuadro de depresión "ante la indiferencia de las autoridades británicas" sobre su suerte bajo cautiverio.

"Los representantes británicos ignoraron incluso la posibilidad de negociar su regreso como parte del procedimiento de intercambio de prisioneros ni proporcionaron los suministros médicos necesarios a través del CICR", ha agregado Morozova.  

Tras conocer la información de la muerte de Urey, el Gobierno británico ha asegurado que ha emprendido una investigación "urgente" sobre las noticias y aprovechado para transmitir sus condolencias a los allegados, según un comunicado recogido por Sky News.

Asimismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha emitido un comunicado en el que informa de que ha convocado al embajador ruso en Londres, Andrei Kelin, para expresarle la preocupación de Downing Street ante lo ocurrido.

"Estoy consternada por los informes sobre la muerte del trabajador humanitario británico Paul Urey, que estaba cautivo de los protegidos rusos en Ucrania", ha señalado por su parte la ministra de Exteriores británica, Liz Truss, quien ha defendido que "Rusia debe responder plenamente por esto".

Las hijas de Urey indicaron a la mencionada cadena británica que ya se estaban "preparando para lo peor" después de enterarse de que había sido detenido en abril y ratificaron que no sabían que estaba en Ucrania hasta que se enteraron de su captura.

Ahora mismo otros dos ciudadanos británicos, Shaun Pinner y Aiden Aslin, están condenados a muerte tras ser acusados de colaborar con las fuerzas ucranianas, y dos más, Dylan Healy y Andrew Hill, han sido imputados.