Familiares y allegados del ex primer ministro japonés Shinzo Abe asistieron ayer a su funeral en el templo budista Zojoji de Tokio, donde miles de personas se congregaron para ver marchar su coche fúnebre y dar un último adiós al político. La ceremonia tuvo lugar en la más estricta intimidad, con la asistencia de su viuda, Akie, el actual primer ministro, Fumio Kishida, y el secretario general de su formación, el Partido Liberal Democrático (PLD), Toshimitsu Motegi, entre otras figuras cercanas a él.

Desde primera hora del día, miles de personas iban y venían del templo, al que se acercaron para presentar sus respetos y entregar ofrendas de flores en un altar con fotos sonrientes del difunto instalado en un área del recinto abierta al público. En las inmediaciones se había llevado a cabo un fuerte despliegue policial.

El flujo de gente superó con creces al de la víspera, cuando tuvo lugar el velatorio, pero reinaba la confusión sobre la accesibilidad al templo dado el carácter privado del evento. Asistieron entonces 2.500 personas entre figuras públicas y diplomáticas de numerosos países.

Rito budista

Mientras la gente se amontonaba en el exterior, en un área privada tenía lugar el funeral por el rito budista, que generalmente consiste en la ofrenda de incienso mientras un monje entona sutras, oraciones y textos que contienen las enseñanzas del budismo. Una vez terminada esta ceremonia, el féretro se sella y se traslada a un centro para su incineración.

Centenares de personas se aglutinaron en las aceras en el exterior del templo para ver pasar el coche fúnebre con los restos mortales de Abe de camino al crematorio.

El vehículo recorrió varios puntos emblemáticos de la política en la ciudad, entre ellos el Kantei, la residencia y oficina oficial del primer ministro japonés, a cuya entrada se concentraron miembros del Gabinete, entre ellos el primer ministro Kishida.

El coche fúnebre también pasó frente a la Diera, el parlamento , donde fue recibido por los miembros de las dos Cámaras, así como por la sede de su partido, el PLD.

La urna con sus cenizas permanecerá siete semanas en el domicilio de Abe y está previsto que posteriormente sean trasladadas a la tumba familiar situada en la prefectura de Yamaguchi, en el sudoeste del país, de donde proceden los ancestros del veterano político. “Se ha ido tan repentinamente que parece que sigo en un sueño”, manifestó Akie durante las exequias.

Futuro homenaje

. La viuda de Abe recordó cómo había desayunado con él pocas horas antes del atentado que le costó la vida y dijo que se habría mostrado “contento de ver tanta gente” reunida por su funeral.

Abe falleció el pasado viernes al ser disparado por la espalda por un hombre mientras participaba en un acto electoral previo a los comicios parlamentarios parciales del domingo.

Se espera que las autoridades organicen un homenaje público al exmandatario en una fecha y lugar aún por determinar. l

El Asesinato

Planificado desde el pasado otoño

Raíz religiosa. Tetsuya Yamagami, presunto asesino de Shinzo Abe, comenzó a planear su atentado contra el ex primer ministro el pasado otoño, según las pruebas recopiladas por la policía nipona, que también apuntan a que el sospechoso llevó a cabo minuciosos preparativos para el ataque. Yamagami confesó a la policía que había atacado a Abe por sus supuestos vínculos con una organización religiosa que le había causado problemas familiares.

El arma. El arma del crimen se componía de dos tubos de metal sujetos con cinta adhesiva y armados sobre un panel de madera, y era capaz de lanzar hasta seis proyectiles en cada disparo, lo que le concedía mayor precisión y letalidad, según el propio detenido. Yamagami recibió formación sobre montaje y uso de armas de fuego cuando trabajó para las Fuerzas Marítimas de Autodefensa (Ejército) de Japón entre 2002 y 2005.