- Las batallas más feroces en Ucrania siguen en el Donbás, pero en el sur las tropas ucranianas han logrado crear una línea de contraataque de hasta 80 kilómetros cerca de la ocupada ciudad de Jersón, mientras esperan el armamento pesado prometido por Occidente. “Nuestras tropas ya han creado en la región de Jersón una cabeza de playa estable en la ribera izquierda del río Inhulets. Esta cabeza de playa tiene una longitud de entre 50 y 80 kilómetros”, declaró ayer el asesor presidencial ucraniano, Oleksiy Arestóvych.

La necesidad de una ofensiva en Jersón, ocupada por las tropas rusas en los primeros días de su campaña en Ucrania, adquiere cada vez más importancia ante los esfuerzos rusos por integrar esta región, donde han repartido cientos de sus pasaportes e incluso se habla de un referendo de adhesión a Rusia.

Y si bien los militares ucranianos reponen fuerzas y se organizan en este sector del frente, la posibilidad de una ofensiva todavía es lejana, afirmó el experto militar Oleg Zdánov, citado por la agencia UNIAN “Es muy poco probable que suceda próximamente. Solo será posible tomar una ciudad como Jersón, una ciudad regional importante, con muchas más armas”, afirmó, al señalar que en estos momentos las armas suministradas a Ucrania por Occidente “son una gota en el mar”.

La situación podría cambiar tras la promesa dada el pasado miércoles por el presidente de EEUU, Joe Biden, de suministrar a Kiev ayuda militar por un valor de 1.000 millones de dólares que incluye sistemas de misiles y artillería.

Conscientes de ello, las fuerzas rusas refuerzan sus posiciones en Zaporizhia y Jersón, mientras toman medidas defensivas para fortalecer la presencia rusa en el mar Negro, informó hoy el estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra.

“Tenemos la intención de liberar todos nuestros territorios, incluyendo a Crimea”, declaró ayer el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Réznikov. La misma esperanza permitió también a Marchenko poner la vista en el puente de Crimea, que une la península anexionada en 2014 con el continente ruso. “El puente de Kerch es el objetivo número uno del Ejército ucraniano”, afirmó el militar.

Mientras, prosiguen los combates en la ciudad de Severodonetsk, donde según los prorrusos, unos 2.500 militares ucranianos están bloqueados en la planta química Azov, además de entre 1.000 y 1.200 civiles. El asesor del ministro del Interior de la autoproclamada república de Lugansk, Vitali Kiseliov, declaró a la televisión rusa que entre los defensores de la ciudad hay una gran cantidad de mercenarios. “Son mercenarios de EEUU, el Reino Unido, Polonia”, especificó, al señalar que “los mercenarios no tienen ni bandera, ni nacionalidad. Un mercenario jamás será reconocido como prisionero de guerra”.

Al igual que hiciera el Ejército ruso en la acería de Azovstal, en Mariúpol, donde se abstuvo de un asalto directo y optó por rendir de hambre a los militares ucranianos, las fuerzas rusas no se apuran en tomar Azot. Kiseliov argumentó que “ellos no se irán a ningún lado. Cerraremos esas salidas para que no puedan llegar a Lisichansk”, la ciudad vecina.

l Franja de seguridad. El líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denís Pushilin, alertó ayer de que tras los bombardeos ucranianos de la capital, que han costado la vida a civiles, las milicias buscarán tomar territorios fuera de la región para crear una zona colchón y garantizar su seguridad.

Según los prorrusos, el Ejército ucraniano castiga intensamente la ciudad de Donetsk con su artillería, en muchos casos, con proyectiles de calibre 155 milímetros usados por la OTAN.