Más de 1.300 páginas de espanto. Eso es lo que documenta un informe de la Corte Suprema del estado de Pensilvania: 300 supuestos “sacerdotes depredadores” sexuales en seis diócesis. Sin embargo, por si el abuso de 1.000 menores en este estado estadounidense pudiera parecer un caso aislado, las investigaciones sobre estos atropellos por parte de miembros de la Iglesia Católica crecen a lo largo y ancho del globo, saltando a primera plana durante los últimos días en Australia, Chile e India, entre otros. Y es que, al margen de las sentencias que emite cada país, según las estimaciones más de medio millar de sacerdotes han sido destituidos mediante procesos eclesiásticos por abusos a menores en el último lustro.
Greensburg, Erie, Scranton, Allentown, Harrisburg y Pittsburgh. Seis diócesis, pero más de 300 sacerdotes depredadores. En el informe de la Corte Suprema del estado de Pensilvania, que abarca más de 70 años, se enumeran más de mil víctimas, más de mil menores que sufrieron en silencio y sin el apoyo de la comunidad los abusos que durante décadas fueron encubiertos por los mismísimos líderes de la Iglesia. “Prefirieron proteger a los abusadores y a la institución, sobre todo”, criticó el jurado. A todas luces, tal y como señala el fiscal general del estado, Josh Shapiro, “un encubrimiento sistemático por altos cargos de la Iglesia en Pensilvania y en el Vaticano”.
Como consecuencia del encubrimiento, casi todos los casos son demasiado antiguos como para ser juzgados, ya que la mayoría son anteriores al año 2000, aunque el jurado subrayó que ha emitido acusaciones contra un sacerdote de la diócesis de Greensburg y contra otro de la de Erie, que presuntamente ha estado abusando de menores en la última década.
El “número tres” del Vaticano Al otro lado del Pacífico, una comisión oficial investigó entre 2013 y 2017 la respuesta de las instituciones australianas a los casos de abusos de menores y concluyó que también hubo decenas de miles de víctimas. “Decenas de miles de niños fueron abusados sexualmente en las instituciones australianas. Nunca sabremos la cifra, pero cualquiera que sea supone una tragedia nacional perpetrada durante generaciones dentro de nuestras más respetadas instituciones”, señaló en el documento presentado el pasado diciembre.
Este informe reveló que la Iglesia católica recibió quejas de 4.500 personas por supuestos abusos a menores cometidos por unos 1.880 de sus miembros, sobre todo sacerdotes, principalmente entre 1980 y 2015. Como consecuencia, el cardenal australiano George Pell, el “número tres” del Vaticano, afronta desde el miércoles en Australia un juicio del que se ha prohibido informar por orden judicial.
Chile tampoco se salva. Al menos una decena de religiosos maristas han sido denunciados por abusos a una treintena de menores en colegios de la congregación desde la década de los 70 del siglo pasado. Durante las últimas semanas la Fiscalía chilena ha registrado varias sedes en busca de información para sus investigaciones. Los casos de los maristas se suman a otras denuncias contra miembros de la Iglesia católica, que han llevado al clero de Chile a la peor crisis de su historia.
Prescrito En Perú, la querella del arzobispo peruano José Antonio Eguren contra el periodista Pedro Salinas ha sacado de nuevo a los titulares los abusos a los que fueron sometidos decenas de integrantes del Sodalicio, la mayoría cuando eran menores de edad, por el fundador del grupo, Luis Figari, y varios de sus máximos dirigentes. La Fiscalía había archivado las denuncias de abusos sexuales por haber prescrito, dado que fueron presuntamente cometidos en los años 80 del pasado siglo. Aun así, solicitó nueve meses de prisión preventiva contra Figari, que está investigado por los presuntos delitos de asociación ilícita para delinquir, cuyo fin eran los abusos sexuales, y lesiones graves.