Ankara. En ausencia de los cuatro principales acusados, un Tribunal de Estambul inició ayer el juicio contra parte de la antigua cúpula militar de Israel por su supuesta responsabilidad en el sangriento asalto a la Flotilla de la Libertad, que viajaba rumbo a Gaza en mayo de 2010. En el abordaje del convoy humanitario, llevado a cabo por tropas de elite del Ejército israelí, murieron nueve ciudadanos turcos, uno de ellos con nacionalidad estadounidense, mientras que otro pasajero quedó en coma, estado en el que todavía se encuentra dos años después.
Los cargos, presentados por la organización islamista IHH, incluyen homicidio intencionado y daños corporales graves, además de saqueo, secuestro o confiscación de barcos, daños a la propiedad y privación de la libertad personal, tortura y maltrato. Los cuatro principales acusados son el antiguo jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Gabi Ashkenazi, el exvicecomandante de las Fuerzas Navales, Eliezer Marom, el exjefe de los servicios secretos militares, Amos Yadlin y el ex responsable de Inteligencia en la Fuerza Aérea, Avishai Levi.
Para todos ellos, la Fiscalía turca pide sendas condenas a cadena perpetua. IHH considera que todos ellos son responsables las acciones del comando que el 31 de mayo de 2010 abordó el buque Mavi Marmara, que navegaba por aguas internacionales, con el objetivo de impedir que continuara su viaje a Gaza. Ayer hubo hubo lágrimas en la sala cuando Ahmet Dogan relató como esperaba el regreso de su hijo, Furkan Dogan, el joven estadounidense que murió en la cubierta del barco y que, según su padre, "era incapaz de usar un arma contra nadie". Medio centenar de activistas extranjeros acudieron a relatar sus vivencias ante los jueces. Una de ellas fue Laura Arnau, española y pasajera del Mavi Mármara, presente en Estambul para testificar: "Vi el asalto, ya que estaba filmando. Soy periodista, pero me quitaron el material".