Los nacionalistas flamencos rompen la negociación de Gobierno en Bélgica
el diálogo sigue estancado cuatro meses después de los comicios Las elecciones anticipadas, que nadie quiere, planean entre la clase política belga
bruselas. En Bélgica nadie habla de celebrar elecciones anticipadas, pero la falta de acuerdo entre los nacionalistas flamencos y los políticos francófonos sobre una reforma gubernamental y financiera es total e impide desde hace ya 113 días la creación de una nueva coalición de gobierno. Ayer el gran vencedor de los últimos comicios legislativos de junio, el líder del Partido Nacionalista de Flandes (N-VA), Bart De Wever, anunció que su partido abandona la negociación, que no quiere seguir participando en lo que considera un "juego infantil" y que el N-VA sólo volverá a la mesa de diálogo si la discusión parte de nuevo "desde cero".
De Wever ya había lanzado el pasado domingo un ultimátum a los francófonos para que acepten una gran reforma financiera que dote de una mayor autonomía fiscal a las regiones para que sean ellas quienes recauden una parte del impuesto sobre la renta, en manos hoy día del Estado federal. Los partidos francófonos, en cambio, ven detrás de esta fórmula el empobrecimiento del sur y el primer paso de los flamencos hacia la escisión.
Ayer el mensaje de De Wever fue claro. "Somos solidarios, pero esta solidaridad no puede arruinar a quien hace prueba de ella. El objetivo no es que nos empobrezcamos todos. Al contrario, es que todos ganemos", recordó en la rueda de prensa posterior a la reunión celebrada por el órgano de dirección de su partido. Y es que a juicio de los nacionalistas, la solución pasa porque las regiones se responsabilicen de sus ingresos y de sus gastos. Una responsabilidad que desde hace dos semanas se aborda en el marco de un grupo de alto nivel pero que, según denunció ayer, no ha obtenido ningún resultado positivo para Flandes y pasos hacia atrás como la negativa a transferir a las regiones algunas competencias como la asistencia sanitaria pública. "Hemos retrocedido. Reconozcámoslo, esta historia está al final. Dejemos ya de chapotear porque no hay tiempo que perder. Si quieren culparme que lo hagan. Me niego a participar en este juego infantil", añadió en referencia a la situación de las negociaciones.
Tras casi cuatro meses de discusiones y vistos los escasos avances que han logrado para desbloquear la crisis permanente en la que vive Bélgica desde hace más de tres años, De Wever cree que lo que ahora toca es hacer borrón y cuenta nueva, poner de nuevo "el contador a cero" e intentar hacer funcionar "una nueva historia". No mencionó en ningún momento la posibilidad de hacer cambios entre los siete partidos que actualmente negocian, pero algunos analistas políticos belgas apuntaban ayer a la posibilidad de incorporar a los liberales, grandes perdedores de las últimas elecciones, a la mesa de discusión. En todo caso, De Wever tiene claro cómo debe ser el nuevo proceso. "A cara descubierta, sin tabús, ni a nivel de contenidos ni a nivel de fórmulas".
Más en Mundo
-
Un carguero encalla en el jardín de una casa en Noruega mientras su dueño dormía: "Fue completamente absurdo"
-
El Supremo de Estados Unidos permite a Trump despedir a funcionarios de agencias independientes
-
Trump alimenta las teorías de la conspiración: atribuye a "algo externo" un supuesto aumento de casos de autismo en EEUU
-
Albares defiende el "enorme esfuerzo" para elevar el gasto en defensa al 2% y Rubio le pide "hacer más"