Cuando me preguntan cómo ha cambiado esta bendita profesión en los últimos 20 años, casi siempre recurro a la misma respuesta, de manual. Se la explico como si se la contara una voz en off: “Hace 20 años, tu jefe de sección te encargaba que cubrieras una rueda de prensa a media mañana en el Palacio Foral, uno de los lugares a donde más acudimos los periodistas. Cubrías el asunto y, o bien te ibas luego a echar un cafelito con otros colegas, o acudías a la redacción para seguir con otros temas que tenías pendientes y aprovechabas para leer lo que habían publicado el resto de diarios. Entre pitos y flautas, te ponías a escribir pasada la sobremesa y, como en un periódico siempre hay alguna noticia más que editar (muchas), salías de noche. Las webs de los periódicos estaban en un segundo plano, no en pañales, pero casi. Ahora, sales de una rueda y tienes que publicar lo antes posible esa información en la web. A veces, en función de la importancia del asunto, al mismo tiempo que se produce la noticia. Eso sí, sales antes de que se vaya el sol”.
En esencia, el oficio sigue siendo el mismo, pero han cambiado la velocidad y las reglas. Hace 20 años arrancamos con toda la ilusión del mundo en Tabakalera y ayer hicimos una paradita en San Telmo. En ese viaje seguimos. Vaya desde aquí el mejor de los recuerdos para Begoña Acedo, compañera de esta redacción que falleció hace dos años.