Conocía hace poco por las redes la existencia de un nuevo producto: una ensalada que viene acompañada, ni más ni menos, que por un tenedor comestible. Solo hace falta dar un paseo por un súper, de los grandes, para llegar a la conclusión de que nos falta una póliza para que nos acrediten como tontas y tontos sin remedio. ¿Huevos duros y huevos fritos envasados? No sé qué pensar. Son los males de una sociedad que lo tiene todo. Resulta ofensivo, por no decir algo mucho más fuerte, cuando la mayor parte de quienes viven en este mundo que tan poco cuidamos no tienen qué comer. Pero, además, es que luego pasa que no sabemos aburrirnos. En lógico, si no sabemos entretenernos. Aunque pensar los que se come día a día en una casa es casi un trabajo de ingeniería e ir a la compra requiere sacar tiempo, y dinero, de donde no se tiene, lo cierto es que el resultado nada tiene que ver con meter en el microondas un hueco frito en vaya usted saber dónde. Poner algo de música y picar unas verduras, dar forma a una albóndigas o rellenar unos pimientos, es una estupenda forma de pasar el rato, invirtiendo también en salud. Nos aburriríamos mucho menos si no perdiéramos el tiempo en hacer nada.