Llega el momento en que mucha gente echa la vista hacia atrás, para hacer balance de lo bueno y malo, como decía Mecano. El momento de ver si se han cumplido los deseos que nos pusimos hace exactamente un año, en lo que ya es casi una tradición, como si por el hecho de cambiar de día y estar de repente en 2025 en vez de en 2024 nos fuera a hacer diferentes personas. Aún así, es verdad que para muchos es una oportunidad para tener esperanza y encarar los siguientes meses con energías renovadas. Pero hay que intentar tomárselo con calma. Si después de un año no se ha cumplido aquello en lo que tuviste puestas tus ilusiones no se acaba el mundo. Lo bonito de la Nochevieja puede ser pensar en todo lo bueno que ha pasado, desterrando aquello que no ha llegado a ocurrir. No merece la pena lamentarse y martirizarse. Tampoco compararse con los que en redes van a decir que su año ha sido genial y van a enseñar miles de fotos para demostrarlo, aunque quizá en el fondo no sea todo tan perfecto. En 2024 ha habido buenos momentos que merecen ser recordados y brindar por ello con los seres queridos, amigos y familiares. Por eso, y por una buena entrada de año, urte berri on guztioi!