Hay canciones que nos hacen viajar en el túnel del tiempo hasta transportarnos a pasajes de nuestra vida que recordamos tan solo con escuchar los primeros compases. La vida está repleta de temas que componen nuestra particular banda sonora. “La gente a veces viene a contarme historias que vivieron relacionadas con canciones mías”, contaba hace unos años Benito Lertxundi en una entrevista con este periódico.
La música del bardo de Orio tiene ese don. Te lleva a recordar momentos de tu vida que trascienden el tiempo y te tocan la fibra sensible. No son pocos los que dejan escrito que en su funeral suene un tema de Benito. “Que uno vaya a su viaje particular e intransferible y que haya elegido una canción tuya, es el mayor logro que se puede conseguir en la música”, decía en la misma entrevista.
En diciembre de 2021, Lertxundi ofreció un concierto en el Kursaal con la sobresaliente banda que siempre le ha acompañado. Sonó Oi ama eskual herri y se hizo difícil no recordar a aquellos que ya no estaban entre nosotros. Como difícil es no emocionarse escuchando Baldorba, Herribehera, Udazken koloretan y tantos otros temas que se han transmitido de generación en generación. Tócala otra vez, Benito.