La respuesta social de Trintxerpe por la inseguridad que perciben cientos de vecinos no es un hecho aislado. Quizá sí llama la atención el punto de eclosión que han alcanzado los acontecimientos en el distrito pasaitarra, donde más de 200 personas volvieron a manifestarse ayer para reclamar una solución. Pero para cuando la planta sale, las raíces ya llevan un tiempo desarrollándose y en Gipuzkoa cada vez son más los focos de malestar que genera la sensación de falta de seguridad e impunidad en determinados ámbitos. Y la extrema corrección política que nos hemos autoimpuesto, creo que se nos está volviendo en contra. Las estadísticas que confirman que en Gipuzkoa tenemos menos delincuencia que en muchos sitios están bien, pero de poco sirven cuando le arrebatan el móvil de la mano a un chaval de 14 años a la cara y la recomendación es asumirlo y no exponerse; o cuando te intimidan en una calle, te roban en la tienda o se hacinan 20-30 personas sin nada que perder y poca cosa que hacer en un inmueble desocupado a los pies de tu casa, incluso en núcleos de menos de 100 habitantes. Y lo normal es que cada vez haya más gente que se le hinchan las narices. En silencio a veces, hasta que explote. Y eso es una evidencia que el que quiera disimular poniendo etiquetas, él sabrá.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
