¿Quién es el lumbreras que proyecta la construcción de un edificio moderno con una fachada construida de material inflamable y acelerante que, si se prende un pequeño fuego, facilita la expansión del incendio por todo el edificio convirtiendo el bloque entero en una caja de cerillas? ¿Quién es el lumbreras que autoriza la construcción de un edificio moderno con una fachada construida de material inflamable y acelerante que, si se prende un pequeño fuego, facilita la expansión del incendio devorando 137 viviendas, y destrozando la vida de más de 450 personas, en apenas media hora? Y no vale recurrir al comodín de “si entonces era legal”, que esa es otra, ¿por qué lo era si es tan fácil comprobar lo peligroso que resulta ese material? Y que no venga nadie con la serenata de que se hizo porque se podía o para hacer el favor de abaratar costes, que de otra manera el precio de los pisos sería (aún más) prohibitivo. La pregunta que me inquieta aún más es otra: ¿cuántos de los bloques colmena, construidos “con inmejorables materiales” en los que vivimos, son en realidad casas de paja que, si prende una chispa, arderán a cinco viviendas por minuto? Y la última y me voy: ¿cuándo la Justicia se tomará en serio la reparación urgente y necesaria de las víctimas que pierden su casa, sus recuerdos, cuando no su propia vida o la de sus familiares?