Vaya por delante que servidora no es muy carnavalera. Pero tampoco me gusta la comida cruda y como ensaladas. La cosa es que llega el Carnaval y la cita con Tolosa. Las que tenemos ya más de una década, o dos, o... por encima de los veinte, dejamos la marabunta nocturna para quienes nos han tomado el relevo. Pero el día es otra cosa. No hacen falta carrozas que quieran plantar cara a las del sambódromo de Río de Janerio, lo que hace falta es reírnos de todas mis compañeras y de mí primera. Un paseo por Tolosa propicia un encuentro, resumido y coloreado, con las bondades y miserias próximas y lejanas. Y es que la imaginación y el humor es lo que tienen. Toca parodiar, que con la vuelta al tajo se recuperan la ciática, los ardores de estómago y la cita ineludible con la Bonoloto. No soy quién para dar ideas sobre qué o sobre quién deberíamos de construir esas parodias. Pero, y con perdón, nos lo ponen a huevo. Para que no se me ofendan las y los que votamos (arsenal inagotable de chirigotas), les reto a que den ideas sobre personajes merecedores de mofa o llanto, que tanto monta, monta tanto. Yo, por esta vez, no me voy a mojar. Voy a ver si me hago un disfraz de coliflor con pulgón, que se han detectado en algunas jangelas. Anda, que...
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