Imagínese que tiene que ir a llenar el depósito del coche a la gasolinera. Pero en el surtidor no hay manguera. Es usted quien tiene que llevar la suya –y no es precisamente barata–, engancharla al surtidor por un lado y al depósito de su coche por el otro para realizar la operación de llenado. Imagínese que, además, no todas las boquillas de manguera son compatibles y hay algunos surtidores en los que la manguera que ha comprado le sirve para repostar gasolina pero otros muchos que no, porque necesitaría otro modelo. Imagínese además que hay gasolineras en las que, a un precio más caro, el surtidor tiene incorporada la propia manguera y no hace falta que utilice la que lleva ocupando sitio en el maletero de su coche a todas partes. Pues este es el principal galimatías al que se enfrentan quienes dan el paso a conducir un coche eléctrico o a un híbrido enchufable, un montón de surtidores que no tienen manguera/cable y tienes que colocar la tuya. Y cada vez deben ser más los que apuestan por el eléctrico porque lo otro que está sucediendo es que algunos centros comerciales que habían instalados electrolineras gratuitas a pie de puerta para sus clientes, las ponen ahora de pago y las alejan hasta lo más recóndito del aparcamiento. Curiosa apuesta por el coche eléctrico.