El otro día se difundió desde una cuenta de Twitter radicada en México un bulo que anunciaba el fallecimiento de José Luis Perales. El cantautor no estaba muerto, estaba de parranda en Londres, desde donde envió un vídeo en el que, con tono de humor, decía: “Estoy más vivo que nunca, estoy más feliz que nunca”. La falsa noticia de la no muerte de Perales, que al parecer nació y se propagó por las redes sociales, sobre todo por medios latinoamericanos, vuelve a evidenciar que las reglas del periodismo que han servido toda la vida ahora son papel mojado. Decenas de medios publicaron obituarios, pésames y perfiles de Perales sin contrastar la información. La palma se la llevó la agencia de noticias Quadratín México con este titular: Y se marchó... El cantautor español José Luis Perales ha muerto a los 78 años. La mismísima Wikipedia actualizó sus datos sobre el artista para publicar que había muerto el 7 de agosto de 2023. Hubiera bastado una llamada telefónica para desmentir la noticia. Al contrario, lo habitual en las redes sociales es replicar una información sin contrastar, basándose simplemente en lo que han publicado otros. Se crea una bola de nieve y, como en Internet todo desaparece con la tecla de borrado, no queda rastro. En papel, ni envolviendo lechugas con un periódico consigues borrar una noticia falsa. La mancha queda de por vida. No la quitas ni con Cebralín.