Vamos a ver. Quienes tenemos un salario, o dos en la misma casa los privilegiados, que ni fu ni fa, nos rompemos la sesera para encontrar un lugar decente donde pasar unos días y olvidarnos de la rutina. Cierto es que, como militante del donostiarrismo confesa que soy, he de reconocer que pocos sitios existen más bonitos que la ciudad en la que he nacido, he crecido y comienzo a marchitarme. La cosa es que, pese a todo, siempre se agradece disfrutar de otros climas, otras comidas e, incluso, otros precios. Pues nada, que resulta que podemos plantearnos como destino top ir a Errenteria, un municipio que me encanta pero que no me supone un gran cambio sobre mi rutina. Porque, un apartamento, sin ducha, sin cocina y con vistas a la nada, o la casi nada, se alquila al módico precio de 500 euros al mes. Me voy a callar, por educación, la opinión que me merece la persona que pretende hacer negocio por estas vías. Nuestras criaturas no se van a ir de casa ni con agua hirviendo y, en el caso de irse, tal vez se decanten por Ayamonte, Salou o Torrevieja. El precio poco difiere y, a buen seguro, si se negocia en invierno la cosa puede salir apañada. Por favor, por favor, que alguien haga algo con todo esto. Y luego hablamos de fuga de talentos. Poco nos pasa.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
