Los problemas en el mundo se acabarían con un par de semanitas más de campaña electoral. Es una lástima que este próximo domingo se cierre la barra libre de promesas, despidiendo así hasta próxima ocasión esta curiosa escenificación de liderazgos ficticios de esta rara especie que ha invadido el planeta. Son días un poco raros, la verdad. Pasamos de hablar de posibles recursos para hacer frente a una eventual sequía, a ver cómo la presa de Añarbe registra en tres horas más precipitaciones que en las inundaciones de hace una década. Un comportamiento meteorológico bipolar que parece instalarse también en las mentes de algunos gestores y aspirantes de la cosa pública. El peor enemigo del Sistema Nacional de Salud, nos dice con estudiada afectación el presidente del Gobierno, no son los virus, sino los recortes. Pues vaya. Sin restarle un ápice de solemnidad, no parece muy aventurado subrayar que algo tendrá que ver él también. Y para que no haya dudas, el Consejo de Ministros de mañana se convierte en la Lotería de Navidad, con una lluvia de millones de un número muy repartido. Ayer fueron a parar un total de 38,5 a la salud mental, que serán transferidos a las comunidades autónomas. El anuncio se suma a la inversión de otros 580 millones para la Atención Primaria. Qué cosas más raras pasan estos días.