Algunos de los sondeos de opinión que se publican en Euskadi subrayan la idea de que la aspiración de la independencia entre los vascos se encuentra en mínimos históricos justo en una época en la que la fortaleza en las urnas de los partidos abertzales es más acusada que nunca, al punto de que esta fotografía electoral evoluciona imparable hacia el bipartidismo con el espectro unionista en franca decadencia. Habrá que ver si el ciclo electoral que comienza el 28 de mayo con las forales y municipales confirma una tendencia que todas las encuestas dan por asentada. Pero hablamos de la fotografía de la Comunidad Autónoma Vasca, que no es exactamente la misma que en Navarra y en Iparralde. La realidad es que somos un país partido en tres, pero la cuestión es si la distancia entre nosotros se amplía, se reduce o sigue siendo la misma. Aprovechando que hoy es Aberri Eguna, puede ser una cuestión a la que darle alguna vuelta: hasta qué punto la idea de Euskal Herria mantiene su vigor. Aberri Eguna siempre ha sido una fiesta marcada por la reivindicación de la identidad vasca y de sus aspiraciones democráticas y nacionales. Hoy no será diferente, aunque hace ya mucho tiempo que la ciudadanía aprovecha los festivos de Semana Santa para hacer las maletas y visitar aquello que le permite su economía. Es el signo de los tiempos. Y en eso, somos igual de modernos que los demás.
