A finales de marzo ya comienzan los nervios. Atentos a las fechas, contamos los días que quedan. Para muchos supone un alegrón, mejor que cualquier regalo. Para otros, en cambio, un disgusto. Depende de si la cuota final sale a devolver o a pagar. La campaña de la Declaración de la Renta 2022 comenzó este lunes. Los alumnos aventajados que reciben la autoliquidación ya han dado su visto bueno. El resto esperará hasta la próxima semana para completarla por Internet o coger cita para que los trabajadores de Hacienda se la hagan in situ. Y mientras se espera, elucubramos sobre cuál será el resultado y, siempre imaginando que es favorable para nosotros, repartimos el dinero en nuestra imaginación: una parte para amortizar la hipoteca, la otra para una escapada... Pero lo que ignoramos consciente o inconscientemente es que estamos perdiendo dinero. Javier Ruiz, autor de Psiconomía, lo explicaba así en una entrevista: “Perdemos dinero porque no aplicamos la parte lógica de la economía, sino los atajos mentales. La declaración de la renta es el ejemplo más claro. Lo ideal es que te salga a cero, o a pagar, porque significa que tú has tenido dinero durante todo el año y ese dinero te ha dado unos intereses”. Y a pesar de esto seguimos creyendo que Olentzero también viene en abril.