“Volvía de los viajes feliz como un niño de 5 años, con bolsas llenas de dinero”. Esto de las bolsas, que en esta ocasión relata Corinna Larsen en uno de los podcast que está publicando acerca de la relación sentimental que mantuvo con el emérito, no es nada nuevo. Es más, al parecer, debe de ser una maniobra recurrente en ciertos sectores de las altas esferas de la sociedad. También las usó el exalcalde de Marbella Julián Muñoz para llevar a su casa montones de billetes en una trama de blanqueo de dinero muy sonada en otros tiempos, en los que varios nombres de la crónica rosa salieron a relucir. “Y de repente aparecían 20 cajas de ese vino tan caro. Sus deseos eran órdenes para los demás y la gente se dejaba la piel solo para complacerlo”, asegura también la empresaria danesa. Lo del vino y otros presentes similares tampoco le sorprenderá a nadie tratándose de quien se trata. A estas alturas ya no vamos a descubrir al personaje. Pero, lejos de esta vida de lujo y lujuria en la que se desenvolvía tan bien (a costa de los demás), según narra Corinna, me deja hasta con mal cuerpo esta confesión: “Transmitía sus emociones de una manera muy profunda”. La verdad, no sé por qué decidí leer esta noticia sobre sus memorias... Sería por su buen titular.