Nunca lo ves venir, pero acecha a la vuelta de la esquina. En la sombra, imperceptible hasta que se desata la tormenta y ya es demasiado tarde. El suicidio siempre pilla por sorpresa. No lo esperas hasta que se hace realidad y entonces mira atrás buscando esas señales, actos, detalles que no supiste ver. Te corroe la culpa por no haber hecho nada, por no haber cogido esa llamada de auxilio, por no haber entendido las palabras que pedían ayuda... El suicidio siempre pilla por sorpresa a los allegados y a las personas cercanas de quien se ha quitado la vida. Y superar eso es muy difícil. Pero hay quien decide dar la cara, aunque todavía hoy siga siendo un tabú discutible hablar (o publicar) sobre lo sucedido. Pero hay gente que cree y lucha por lo contrario. Por visibilizar esta lacra que puede padecer cualquiera. Gente como Paco Carcavilla, quien acaba de subir su tercer tresmil para concienciar sobre el suicidio, causa de muerte para más de 3.000 personas al año en el Estado. 3 x 3000: una vida, vívela es su particular reto tras la pérdida de su hijo de 19 años. También reclama educación emocional en los colegios y planes de prevención. Como él, otras personas han decidido contar sus historias y tratar de que el tabú deje de ser un factor más para incrementar la lista.