El PP acaba de inventarse las becas públicas para pagar los colegios privados el próximo curso y ayudar así a esas parejas con un hijo que apenas ingresan 107.000 euros al año (143.600 euros si tienen dos criaturas, o 179.500 si son tres descendientes). Cantidades que requieren entre siete años y medio y casi trece de trabajo para una persona que cobra el salario mínimo, que tan alto decían algunos que estaba. De momento, el banco de pruebas es Madrid y Ayuso, pobre, no ha entendido que la gente critique que con el dinero que recauda también a los pobres se pague a los ricos porque, dice, esa gente también lo está pasando mal con la inflación y el sobrecoste de la energía. Y además, son más guapos y visten mejor, debería añadir. Seguro que el caviar de importación ruso se habrá puesto carísimo y los cochacos potentes gastan mucho más en gasolina que el utilitario de un obrero, así que la señora Ayuso no debería parar ahí y montar unas colas del hambre de marisco en la Moraleja y completar las ayudas con becas vacacionales para disfrutar del verano en yate en las que en lugar de un sueldo máximo te exijan un mínimo para beneficiarte. ¿Qué es eso de que se limiten las ayudas a los pensionistas del Imserso? Con lo que luce un cayetano bronceado de camisa blanca con una copa de champán en una mano y una rubia en la otra, y lo lejos que está la costa de Madrid, pardiez. l