Ya se vislumbran próximas las vacaciones de verano. Ante este panorama son muchos los que empiezan a preparar salidas familiares en coche, y esto suele incluir a nuestras mascotas. Perros, gatos, hurones, hasta pájaros y tortugas pueden acompañarnos en nuestros viajes. Pero por seguridad no pueden hacerlo de cualquier manera.

Las normas básicas

Son dos las leyes que hay que tener en cuenta a la hora de llevar a nuestras mascota en coche, la Ley de Bienestar Animal y la Ley de Tráfico.

La primera, en su artículo 59, establece que en los desplazamientos el dueño debe atender “las necesidades fisiológicas y etológicas de los animales” y asegurarse de que el medio de transporte disponga de espacio y garantice su “seguridad vial”.

Un jack russell permanece sujeto con un arnés al asiento de atrás del coche. Freepik

La segunda, en su artículo 13 establece que el conductor debe garantizar que nada le entorpece ni dificulta su visibilidad. Para eso debe procurar “la adecuada colocación de objetos o animales transportados para que no haya interferencia”. No se especifica más, pero desde la DGT se anuncia una próxima modificación que especifique cómo deben ser el transporte de las mascotas.

Sistemas de sujeción

Cada mascota debe llevar el más adecuado a su perfil. La mayoría viajará en un transportín para su comodidad y seguridad, como es el caso de los gatos, los hurones y otros pequeños animales, desde aves a reptiles.

El caso de los perros es algo distinto. Con ellos, además de transportines también se usan arneses que los sujeten al asiento de atrás (nunca pueden viajar en el asiento del copiloto) o pantallas separadoras que impidan que pase del maletero al habitáculo.

Los arneses sujetan a los perros por el pecho y los unen a los asientos. Hacerlo por el collar resulta peligroso en caso de accidente ya que puede partirles el cuello o estrangularlos.

Su eficacia

El objetivo de estos sistemas de retención es doble. Por un lado, proteger al animal en caso de accidente. Por otro, evitar daños al resto de los ocupantes por el efecto elefante.

Existen dos tipos de arneses, el de un solo enganche y el de dos. El primero se sujeta al cinturón de seguridad y en caso de colisión, la hebilla puede fallar y el animal chocar contra el asiento delantero, provocando daños al conductor en la columna. El animal sufriría lesiones graves o mortales.

El de dos enganches evita el desplazamiento hacia delante, por lo que no daña al conductor. Para que el can no choque contra los laterales, el sistema de unión será corto.

En el caso de los transportines, colocados siempre en sentido transversal a la marcha, si va sobre el asiento sujeto con el cinturón de seguridad, puede romper los puntos de sujeción y la parte superior. El animal sufre lesiones muy graves y los ocupantes, recibir fuertes cargas.

Si se coloca en el suelo, entre los asientos, un transportín pequeño encaja bien. Al haber poco espacio, la energía del impacto es absorbida y apenas se deforma el habitáculo, por lo que el animal solo sufre lesiones leves. Es el sitio más seguro.

Cuando el animal es grande, el transportín también, y va en el maletero. Estructuralmente es una zona frágil por lo que el perro puede tener daños graves. No se pueden excluir lesiones en los ocupantes.

La rejilla divisoria se ajusta a la estructura del coche, separando la cabina del maletero, por lo que la mascota se mueve pero no molesta al conductor. En caso de colisión puede sufrir lesiones muy graves. Se puede combinar con transportín para mantenerlo en una posición segura, pero las lesiones se minimizan poco.

10 consejos para viajar con mascotas

A la hora de llevar un animal en el coche, esto son diez consejos para que el viaje concluya sin disgustos ni sorpresas. La DGT también ofrece otro tipo de consejos.

  1. El animal debe ir siempre sujeto. Suelto, además de ser un riesgo para los ocupantes, puede suponer una multa de 100 euros.
  2. Elegir un sistema de retención adecuado al animal. Pueden ser arneses, transportines o separadores del habitáculo, que deben estar bien anclados.
  3. No dejar objetos sueltos junto al animal. Si hay un choque pueden moverse violentamente y herirlo.
  4. En las paradas de descanso, controlar al perro para que no que salga corriendo y cause un accidente.
  5. No dejarlo dentro del vehículo con altas temperaturas. Ni aunque esté en sombra o con las ventanillas abiertas.
  6. Parar cada dos horas. Así el animal podrá orinar o defecar, pasear e hidratarse.
  7. Prevenir mareos. Si el perro tiene esta tendencia, no darle de comer o beber horas antes del viaje. En las paradas, que beba un poco.
  8. El vehículo debe estar ventilado y con temperatura confortable.
  9. Habituar al animal al sistema de sujeción, desde cachorro si es posible.
  10. La correa no es un sistema de retención.