Los pacíficos y tranquilos bulldogs ingleses se encuentran en el centro de un debate que puede llevar, en un caso muy extremo, a su desaparición. La suya y la de otras razas de perro braquicéfalas. De hecho, en Noruega y en Países Bajos se ha prohibido por ley la cría de esta raza. En el caso escandinavo tampoco se puede criar perros de raza cavalier king charles spaniel, y en el neerlandés, directamente han vetado todas las razas braquicéfalas.

Hace muchos años que los bulldogs están en el centro de las críticas de la cría selectiva de perros. Su aparente aspecto encantador con un cuerpo rechoncho, pliegues en la cara, su morro corto, y su carácter pacífico y bonachón es en realidad fruto de un capricho humano que buscaba unas características físicas extremas, creando una raza especialmente enfermiza.

Un cachorro de bulldog inglés. Freepik

De hecho, el Real Colegio de Veterinarios del Reino Unido realizó un estudio en el que comparaba 2.662 muestras aleatorias de bulldogs con 22.039 de perros de otras razas y llegó a la conclusión que los primeros tenían el doble de probabilidades que otras razas de sufrir uno o más trastornos en un año.

Algunos de los problemas de salud más comunes eran la dermatitis, el ojo de cereza (un prolapso de la glándula del párpado), la mandíbula inferior protuberante y el síndrome obstructivo braquicéfalo de las vías respiratorias, que era 19 veces más común que en otras razas de perros. Esto llevó a los veterinarios británicos a pedir que se deje de comprar esta raza y que se vuelva al aspecto natural de este perro, que en sus inicios se empleaba en el trabajo con toros.

La braquicefalia, la clave

El origen de los problemas se encuentra en un rasgo muy concreto de la anatomía de estos perros, y que comparte con otras razas muy seleccionadas, la braquicefalia.

Esta característica consiste en que los perros tienen la cara plana. Este aspecto no es natural y aparece tras la intervención humana. Así, muestran un hocico achatado, nariz muy corta, narinas muy pequeñas, paladar alargado y blando, pliegues en la cara y prognatismo.

Estos rasgos son el origen de serios problemas de salud. De entrada sufren serias dificultades respiratorias, pero también fuertes dolores de cabeza y mandibulares y problemas oculares.

Pero además, derivado del síndrome obstructivo respiratorio, pueden aparecer males en el tracto digestivo, como hernia de hiato, macroglosia o esofagitis entre otras. A ello se pueden unir problemas cardiovasculares.

La propia reproducción, la cría, puede ser un problema, ya que el tamaño de la cabeza de los cachorros ponen en riesgo a la madres al dificultar un parto natural, obligando a que los veterinarios intervengan y practiquen cesáreas a las parturientas.

En el estudio del colegio veterinario británico también se reflejó el dato de que apenas el 10% de los bulldogs superaban los ochos años de vida, porcentaje que en el resto de las razas es del 25%.

Esto parece certificar que el bulldog y otras razas braquicéfalas han sido criadas para sufrir. Ya se han alzado voces pidiendo abandonar este tipo de cría extrema y que se valore más el aspecto natural en los canes. Como lo manifestó Dan O’Neill, autor principal de estudio del Real Colegio de Veterinarios británico: “Todo perro merece nacer con una salud innata igual y buena al tener una capacidad natural para respirar libremente, parpadear completamente, hacer ejercicio con facilidad, tener una piel sana, aparearse y dar a luz”.

Once razas braquicéfalas

Los bulldogs ingleses son el caso más extremo de una raza que ha sido llevada más allá de lo recomendable en busca de un ideal de pureza de líneas, de extremismo en busca de una perfección de un estándar que no está más que en la mente del criador. Estas son las razas que sufren problemas de salud derivados de la braquicefalia.

  • Cavalier king charles spaniel
  • Shar pei el lhasa
  • Bulldog inglés
  • Bulldog francés
  • Bóxer
  • Lhasa el apso
  • Boston terrier
  • Stanffordshire bull terrier
  • Pequinés
  • Carlino
  • Shih tzu