Cuando despertó, Francisco Marhuenda seguía atizando a Antonio Garamendi. Las diatribas biliosas del director de La Razón contra el presidente de la patronal española están entre el género y la obsesión. "El felpudo de La Moncloa" es el encabezado de la pieza despellejatoria de hoy. Aquí les va una porción de vitriolo: "Ha olvidado el famoso adagio de «Roma no paga traidores» y el tiempo pondrá a todo el mundo en su lugar. En lo personal me resulta una persona simpática, pero su liderazgo es catastrófico. Yolanda Díaz es muy lista y hábil, por lo que le ha tomado la medida y sabe cómo halagarle para conseguir sus objetivos. Garamendi es un millonario de Neguri, como le gusta recordar, con barco y mansión, tengo que enterarme si tiene avión y helicóptero, como el magnate Brian Cox de la serie «Succesion»". Menos mal que "en lo personal le resulta una persona simpática".

Les anotaba arriba que la cosa está entre el género y la obsesión, y añado ahora que también es puro autoplagio compulsivo. El martes, es decir, solo hace tres días, Marhuenda le arreaba al jefe de la CEOE prácticamente la misma yoya dialéctica: "Díaz ha tenido la suerte de tener como interlocutor al entregado Garamendi, que es un bien mandado y un brillante gestor de su enorme patrimonio familiar. He de reconocer que me fascinan los millonarios que alardean de su riqueza como hacían los nuevos ricos del petróleo de Oklahoma y Texas o los dueños de mataderos de Chicago".

Y no crean que termina ahí la monomanía. Un día después, leíamos en un editorial del periódico que dirige este puñado de líneas: "«¿Confederación o cortijo?» La pregunta, tirada con posta, anda estos días en bastantes bocas de la CEOE, donde el hartazgo con su presidente, Antonio Garamendi, sigue subiendo. Lo de la reforma laboral, aseguran fuentes internas, ya es casi lo de menos y las quejas se refieren, sobre todo, al comportamiento de Garamendi, que actúa como un señor feudal en la asociación empresarial".

En ABC la fijación es otra. "El Gobierno prepara el atajo para excarcelar a 50 etarras", titula hoy el vetusto en una primera ilustrada con fotografías de varios presos de la banda. La explicación está en el subtítulo: "Diseña con Bildu y el PNV una reforma legal para que los años en prisión en Francia se resten de las condenas que les quedan por cumplir en España". Y una vez más, al buscar el apoyo documental de la afirmación, encontramos el comodín de las "fuentes del propio Ejecutivo". Como en los setecientos bulos anteriores publicados y no confirmados.

Por supuesto, que se trate de un invento no es óbice para editorializar bajo el título "Sánchez se entrega a Otegi". Lo divertido a la par que revelador es que el amanuense se pone la venda antes de tener la herida y apunta que lo publicado podría no llegar a concretarse. Pero eso es lo menos: "Consiga o no Otegi estos objetivos, el hecho de plantearlos demuestra que los proetarras se sienten seguros con un Gobierno que es capaz de decir que comparte con ellos un ‘proyecto de país’ y que no dudó en incorporarlos a la dirección del Estado, como dijo Iglesias. Por desgracia, nada de lo que se proponga Bildu es inverosímil porque sus demandas dependen de Sánchez, cuyo apego al poder supera cualquier condicionamiento democrático y el trato amable a Otegi es la prueba irrefutable". Nos lo guisamos, nos lo comemos.

Les termino la pobretona cosecha del día en El Debate. El callo que que le duele al digital ultracatólico tiene nombre y apellido y merece un editorial: "Isabel Celaá al Vaticano: inoportuno, injusto e improcedente". Y si se están preguntando los motivos, aquí los tiene: "Porque fue ella quien impulsó una lamentable ley educativa, la LOMLOE, inspirada y redactada con el único fin de agredir a la Religión para marginarla y, además, arrinconar despectivamente a la educación concertada, elegida por millones de familias e imprescindible para sostener el sistema público, incapaz de asumir el coste de una alternativa cuyos usuarios financian con sus impuestos, además, un servicio del que no son usuarios".

Para que la idea quede bien grabada, el columnero estrella aporta una línea en su pieza del día: "La deleznable ministra que odia al cristianismo y se carga la enseñanza concertada, es nombrada Embajadora de España ante la Santa Sede, y no sucede nada".