Vaya, qué curiosa coincidencia. Justo tras la carta de Junqueras aparecen misteriosamente unos documentos intervenidos por la Guardia Civil hace ocho meses en el teléfono del destacado militante de Esquerra Xavier Vendrell. ¡Eso es ambrosía para hacer titulares! "Plan oculto de ERC: vía unilateral tras la mesa de negociación", atruena en su primera La Razón.

Y como dos y dos son cuatro, en el editorial el diario de Francisco Marhuenda abandona su postura flexible de los últimos días: "Hay un plan oculto que sugiere y pone en cuestión el compromiso de los republicanos con esa Cataluña constitucionalista que han hostigado sin pausa. Hay muchas cuentas pendientes, heridas profundas y rupturas veremos si sanables en la sociedad catalana generadas por años de hegemonía separatista irresponsable e intolerante. Solo unas letras como una mera declaración de intenciones son a estas alturas del todo insuficientes. Jugar con las cartas marcadas o con dos barajas dispara los recelos y el escepticismo y así el horizonte se estrecha y se enmaraña". Nótese la doble intención sobre las "cartas marcadas".

ABC dedica toda su primera al asunto. Sobre la foto del president Aragonès en un acto de ayer, leemos: "ERC diseñó cómo debilitar al Estado en la mesa de diálogo". En el editorial, el vetusto diario ve confirmada su tesis: "Todo empieza a cuadrar miméticamente. Más allá de que resulte inexplicable que el Gobierno no estuviese al tanto de ese plan, lo cierto es que tras conocerse públicamente el documento secreto de ERC, nadie, ningún ministro, se planteó rectificar la política de cesiones de La Moncloa. ERC es un partido experto en trampas y embustes, y Sánchez le debe la legislatura. Poca conclusión más se puede extraer".

En El Mundo, casi un calco. "ERC admite en un plan oculto que la mesa de negociación es una farsa", es el titular de portada que el interior se matiza y reorienta: "Un plan oculto de ERC mantiene la unilateralidad". Naturalmente, eso tiene su reflejo en un editorial donde el diario de Unedisa pretende anotarse varios tantos: "Ya advertíamos desde estas páginas sobre el doble juego y la calculada estrategia de Oriol Junqueras de presentarse bajo la apariencia de un interlocutor moderado, dispuesto a aceptar los indultos del Gobierno y a renunciar a la vía secesionista unilateral. El plan oculto hacia la independencia de ERC, al que ha tenido acceso EL MUNDO en exclusiva, demuestra, tal y como venimos manteniendo, que ni la formación republicana ni, por lo tanto, su principal referente -condenado a 13 años de cárcel por sedición y malversación- están dispuestos a renunciar a la amnistía y al referéndum de autodeterminación". Lo de la advertencia, pase. Lo de la exclusiva es más discutible. Como hemos visto, la cosa está en todos los medios de orden.

Esto, a dos días la cita en Colón, que tiene al columnista de ABC Ignacio Camacho de lo más reflexivo. No sabe si sí o si no: "La operación de propaganda que funcionó en 2019 será difícil de repetir el domingo. Con todo, existe un cierto peligro en el afán de la oposición por acaparar el protagonismo. Los dirigentes de los partidos ya fiscalizan al Gobierno en el correspondiente cauce representativo; su presencia en la marcha es perfectamente legítima pero arrojará sombras de oportunismo sobre una expresión popular de descontento cívico. Y en cierta medida permitirá al sanchismo articular por contraposición el bloque de respaldo que ahora tiene destruido".

Resulta llamativo que, sin embargo, un experto en no mojarse ni debajo del agua como Raúl del Pozo sí vea con buenos ojos lo del domingo en la plaza madrileña. O, para ser más fieles a lo que escribe, que vea con malos ojos a los dirigentes del PP que no van a estar: "Por manifestarse contra el supremacismo burgués del nacionalpopulismo, que ha intentado acabar con la nación, los barones, dirigentes regionales del PP y otras distinguidas autoridades buscan excusas para no acudir. Tienen miedo a que les llamen fascistas cuando defiendan la democracia". Así remata su contra de El Mundo.

Y en estas, la ministra Ione Belarra se ha manifestado a favor de no detener a Carles Puigdemont en caso de que regrese de Bélgica. Qué más quería Carlos Herrera para arrojarse sobre ese hueso: "Tal afirmación la realizaba la que es conocida en política como 'La Niña de la Curva', Ione Belarra, futura querida líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, que, en un despelote intelectual que hace las delicias de algunos buscadores de perlas, ha clamado por profundizar en lo que ella llama 'la desjudicialización', que no es otra cosa que inactivar al Poder Judicial para que todos los socios del gobierno de Sánchez se muevan en una cierta impunidad que no ponga en peligro la estabilidad de la banda".

Para el postre les he reservado una de las descargas diarias de Julio Valdeón en La Razón. Por algún motivo que no sé decirles, hoy escribe dos en diferentes páginas. ¿Sobre qué tema? No hace falta ni preguntar: "Para la hidra nacionalista, el objetivo de toda negociación es la aministía, primero, y luego el referéndum como autopista de seis pistas rumbo a la tierra prometida. La negociación opera como eufemismo de imposición. Las mesas de diálogo son zocos de compraventa mafiosa. Vestidos con arabescos presuntamente democráticos. De fondo persiste brutal la idea de reventar el Estado y desposeer de su patrimonio jurídico, histórico, cultural y económico a millones de ciudadanos". Y se lleva una.