Ser voluntario no es tarea fácil. Da igual en qué ambiento, lo importante es que con cada gesto se transforma la sociedad, para ser mejores, acabando con la desigualdad, la exclusión y la discriminación. En la actualidad, existen múltiples organizaciones que trabajan diversas áreas de la vida. Una de las más conocidas y longevas es Cáritas, que desde 1897 trabaja por lograr un mundo mejor, y nada de lo que ha construido hasta ahora sería posible sin lo que han ido sembrando sus voluntarios. Ayuda a los que más vulnerables, e incluso prestan su ayuda a aquellas personas de la tercera edad que se encuentran solos y necesitan acompañamiento. Da igual la edad, la profesión, de dónde vengas… Solo se necesitan ilusión y ganas por cambiar el mundo. 

Cáritas realiza una labor imprescindible bajo el paraguas de la iglesia católica. Nació en 1897 en Alemania, aunque ahora tiene su sede central en Roma. Jugó un papel fundamental después de la Segunda Guerra Mundial aumentando sus actividades en la distribución de ayuda. Además, en la década de los años sesenta llegaron voluntarios extranjeros para ayudar a los damnificados tanto de catástrofes naturales como de la posguerra. Desde entonces, su labor ha sido reconocida y por ello actúa en más de 25 países de América, en Asia, Europa, Oceanía y África. 

Una de las acciones más conocidas dentro de esta organización es la recogida de ropa para que la reutilicen los más desfavorecidos. Se entregan en centros Cáritas y también en las parroquias. También se recaudan incluso alimentos. Todas estas acciones se enmarcan en su acción social cubriendo las necesidades básicas de las personas, dando sentido a su vida y participando activamente en esa transformación de la sociedad. En esta línea, también destaca la cooperación internacional, haciendo estos mismos trabajos cruzando fronteras. Ayuda, cómo no, a acoger a personas migrantes, brindando asesoramiento jurídico, servicios de medicación intercultural, formación y alojamiento temporal en centros de acogida. De igual forma, los voluntarios ayudarán a aquellas personas sin hogar, brindándoles su apoyo y estrechando lazos. Tampoco pueden dejar de lado a los niños, adolescentes y jóvenes dándoles ayuda para que puedan desarrollarse y conseguir que sean uno más en la sociedad, logrando tener voz.

Voluntarios de Cáritas en la frontera de Ucrania con Polonia. Cáritas

Igualmente, las mujeres necesitan también un apoyo especial y Cáritas está siempre a su disposición en casos de discriminación, por su condición de género y por factores relacionados con la etnia, la edad, la posición socioeconómica y el nivel educativo. En la misma línea, los mayores también necesitan un acompañamiento, sobre todo cuando están solos ya que la soledad es uno de los problemas más comunes que vive este tipo de población. Cáritas les brinda su acompañamiento alimentándoles, ayudándoles en el tema de higiene y cuidados sanitarios, organizando excursiones, y mejorando su calidad de vida. Por otro lado, Cáritas promueve la Economía solidaria a través de programas de empleo inclusivo, iniciativas de economía social, propuestas de comercio justo, el fomento del consumo responsable y el compromiso con las finanzas éticas… Igualmente, para esta organización es importante estar presente en los pueblos y comunidades que sufren emergencias. Por ello, actúan antes, durante y después del desastre, conflicto o crisis humanitaria, trabajando para mejorar la capacidad de respuesta y lograr una rápida recuperación.

Cómo ayudar

Las personas que quieran aportar su granito de arena pueden hacerlo de diversas maneras. Por ejemplo, donando la ropa que ya no se utiliza promocionando así una economía solidaria; haciendo un regalo solidario; y lo que últimamente está muy de moda es que, en las celebraciones o eventos, los invitados conviertan su regalo en una donación que colabore con un proyecto solidario. Y, como no, haciéndote voluntario. Puedes ayudar a la asociación a acabar con la injusticia y la pobreza invirtiendo tus horas libres en una buena causa. Para ello, quien quiera introducirse tendrá que ser una persona comprometida, activa y que aporte nuevas iniciativas, coherente y llenos de valores (gratuidad, igualdad, solidaridad…). En algunos casos será necesaria la formación previa con el fin de promover una acción de calidad.

Imagen 'Ser voluntario en Cáritas'. Cáritas

¿Qué hacen los voluntarios?

1.  Escuchar y dar apoyo afectivo.

2.  Facilitar conversación sobre los intereses de la persona mayor, temas actuales, lecturas, etc.

3.  Ayudar y motivar a la persona a: leer, escribir, cuidarse, hacer tareas domésticas y mantener las actividades cotidianas.

4.  Realizar actividades de forma conjunta (pasear, visitar lugares, hacer amistades, etc.).

5.  Despertar el interés por recuperar o descubrir aficiones, distracciones...

6.  Detectar necesidades tanto de la persona atendida como también de quienes la cuidan y contrastarlas con el personal técnico de Cáritas para, con el consentimiento de la persona mayor, informar a las entidades responsables (servicios sociales, centros de atención primaria, etc.) con el fin de que actúen lo antes posible.

7.  Informar de los recursos existentes y de los que los participantes se pueden beneficiar: bus, horarios, centros, servicios sociales, lugares de interés, etc.

Dibujo de voluntarios de Cáritas.

Dibujo de voluntarios de Cáritas. Cáritas

La mano amiga de los mayores

La soledad emocional es uno de los problemas que afectan a la población mayor de 65 años. Los estudios más recientes confirman que este factor afecta a su salud física, mental y emocional. Poco a poco se van apagando y se acaban yendo. Para que este caminar sea lo más ameno posible y se sientan acompañados en todo momento, sin caer en una depresión, en un deterioro cognitivo, en una demencia, enfermedades cardiovasculares, desnutrición u otras enfermedades, lo más importante es tener una vida activa, y Cáritas colabora en todo este proceso. Son una mano amiga para los mayores.

Una mano amiga en los momentos difíciles es muy valorada. Pixabay

Muchos mayores no pueden hacer la comida, la compra, ir al médico u otras actividades de la vida cotidiana. Poco a poco se van dejando, dejar incluso de asearse, pierden la motivación por la vida y se aíslan. Aunque los centros de día tienen un papel clave en la socialización de estas personas para que no se sientan solas, siempre necesitan a alguien más, que les saquen de casa, les den conversación, los acompañen al médico… Muchas veces esa soledad no deseada viene derivada por el fallecimiento de la pareja u otros familiares; la jubilación; los traslados de vivienda; los problemas de salud; las barreras arquitectónicas; una mala situación familiar… 

Cáritas alivia y previene su soledad, porque el único papel de sus voluntarios es acompañarlos en su día a día. Sus voluntarios reciben formación previa para darles los mejores cuidados. Cubren sus necesidades básicas como la higiene, la alimentación, la medicación y el ejercicio físico. Todo esto esencial para el continuo desarrollo de la persona. La formación es una herramienta indispensable para la mejora de nuestra labor. Por ello, consideramos imprescindible que anualmente se organice para cada equipo al menos un curso de formación o charla formativa sobre algún tema relacionado con las personas mayores, con el fin de actualizar sus conocimientos y adquirir herramientas útiles para el acompañamiento. Y también muy importante resaltar la formación continua, a través de las reuniones periódicas de seguimiento.

La soledad es uno de los miedos de las personas mayores. Pixabay

Además de mejorar la calidad de vida de las personas, contar con una red emocional es un factor importante para la permanencia en su propio domicilio durante más tiempo, si la persona mayor lo desea. Es además importante recordar que en esta búsqueda de "calidad y cantidad" en las relaciones, el papel del voluntariado es complementario al del resto de personas y/o agentes: familia, otras amistades, servicios sociales, profesionales de la geriatría, etc. son junto con las personas voluntarias la red última que permite que las personas mayores se apropien o reapropien de su vida y la puedan vivir libre y dignamente.