La luz, con sus correspondientes sombras, ha formado parte del recorrido de Zea Mays, desde que hace más de tres décadas se subieron juntos a un escenario. El éxito profesional ha sido una constante para sus componentes, aunque se vio nublada por culpa de un cáncer que retiró de los escenarios a a Aiora Renteria, su frontwoman, de forma temporal. Atrás queda esa etapa de oscuridad para dar la bienvenida a la algarabía de la fiesta que ha podido disfrutar como pregonera de las pasadas fiestas de Bilbao.

2023 está siendo un año muy especial, pues además de recibir el Premio Adarra Saria del Ayuntamiento de San Sebastián y Donostia Kultura, has sido pregonera en Aste Nagusia. ¿Qué recuerdo te queda?

-Ha sido realmente muy emocionante. Esa manera de vivir las fiestas ha sido muy intensa y muy divertida, llena de sorpresas y de aventuras, así que ha sido realmente una gozada poder estar en el balcón y sentir todo el calor de toda esa gente con ganas de pasarlo bien y de disfrutar. Un privilegio.

¿Tuviste tiempo para disfrutar de las txosnas con la txupinera, Izaskun Pinedo, de Pinpilinpauxa? 

-Las dos teníamos intención de disfrutar las fiestas de Bilbao de manera distinta, tratando de estar en todos los eventos del día, así que la noche la dejamos un poco de lado. Bailamos un poco, pero más cosas de niños… (sonríe).

Precisamente este año ha habido alguna voz crítica en torno a la programación de los conciertos. ¿Qué opinas de la oferta musical en las fiestas?

-Bueno, no quiero excusar a nadie, pero creo que es muy difícil llegar a todo el mundo, eso es así. En general no ha sido muy de mi gusto. El nivel que había antes de conciertos en fiestas de Bilbao era increíble, y ahora pues se podría esperar más, ya que hemos tenido a Pet Shop Boys o a Iggy Pop, por ejemplo, y es una pena porque ahora son más conciertos de grupos nacionales. 

¿Algún concierto que recuerdes fue especial para ti por la oportunidad de poder verlos o porque te lo pasaste súper bien o por lo que fuera? 

-Me gustó mucho Henry Rollins. Fue increíble. O por ejemplo cuando estuvo Manu Chao con todo reventado en la plaza del Gas. Ahora el parque de Txurdinaga queda un poco lejos y bueno, los tiempos han cambiado y entonces también hay que amoldarse un poco a los nuevos tiempos.

¿Y la programación de las txosnas?

-Sí. En las txosnas tienes la posibilidad de ver muchas de las bandas que están tocando en Euskal Herria y coges la agenda para intentar llegar a todo y es bastante imposible. Más este año, que lo he tenido complicado, porque como tenía que escaparme un rato y entre quitarme el traje de pregonera y el cansancio de todas las horas en danza…. Pero bueno, para el año que viene tengo claro que lo que no me pueda ofrecer el ayuntamiento, pues lo cogeré de las txosnas. Yo me quedo muy contenta con las programaciones de las txosnas porque dan la oportunidad a bandas que están empezando, como a nosotros, pues fue gracias a una txosna que dimos nuestro primer concierto.

¿En cuál?

-Fue en la de Sinkuartel en el 97. Por eso creo que es muy importante que haya espacios que dejen hueco a bandas que están empezando y a bandas que ya llevan mucho tiempo también y podamos tocar ahí y estar cerca del público. 

Ha pasado ya más de un cuarto de siglo desde que Zea Mays disteis vuestros primeros pasos… ¿Qué queda de ese espíritu de los inicios en los que siempre hay una ilusión desbordante y te quieres comer el mundo, pero no sabes por dónde te va a dar el aire?

-Bueno, en realidad teníamos mucha ilusión, pero tampoco tuvimos nunca la sensación de comernos nada. Quiero decir, siempre hemos hecho las cosa con muchas ganas y siempre nos hemos gustado mucho a nosotros mismos, pero sin esperar que al resto le gustásemos. Ahora seguimos disfrutando de la música, seguimos disfrutando de lo que hacemos y seguimos disfrutando tocando, y eso es lo importante. Hay un montón de cosas que una banda tiene que hacer que no es hacer música y al final es lo que se hace más cuesta arriba, pero se lleva. El día que nos hartemos de todo eso tendremos que parar, pero por ahora seguimos teniendo mucho mono de tocar.

Son muchos años juntos Asier (Basabe), Rubén (González), Iñaki (Imaz Piti) y tú… 

-Sí. Somos amigos, estamos juntos en esto, no es algo individual, así que lo disfrutamos juntos, lo cual es una gozada. Al final tener la confianza suficiente para que cuando les mires sepas por dónde vas, si alguien tiene mal día o tú no estás bien… Hay confianza para todo y no hay silencios incómodos ni cosas de esas. 

¿No hay conversaciones de esas de ascensor, de cuánto llueve?

-(Risas) No. Del tiempo dejamos de hablar hace mucho…

Hablando también de cosas importantes, ¿cómo estás? 

-De salud en principio estoy bien, todas las revisiones han sido buenas, así que física y mentalmente estoy preparada y con ganas de tocar.

¿Cómo va la presentación de vuestro último trabajo, Adore, Kemena, Kuraia?

-Pues estamos disfrutando de lo cosechado, enseñándoselo a la gente en directo, porque todavía hay un montón de sitios a los que no hemos podido llegar.

¿Hay nuevos conciertos a la vista entonces?

Sí. Hemos estado un poco parados porque nuestro batería tiene mal la rodilla, pero seguimos adelante con nuevas citas porque tenemos ganas de movernos mucho. Subirse a un escenario no sé lo que tiene, pero engancha mucho y eso nos ha mantenido unidos durante tantos años.