Condensar la biografía de Koldo Royo en solo dos páginas resulta misión casi imposible. Y se lo dice alguien que cultiva grandes dotes para la síntesis (modestia aparte). Pero es que la vida de este famosísimo cocinero vasco requiere del espacio de casi media enciclopedia. Por la diversidad de su carácter adictivo y multidisciplinar, y por las hazañas exprimidas a lo largo de sus recién cumplidos 65 años de edad. Aunque todo comenzó, como en otras tantas semblanzas gastronómicas, en su querida Donostia-San Sebastián. Su ciudad. En la que empezó a trabajar con su padre y su tío, que regentaban un conocido bar de pintxos. “No era buen estudiante y mi padre me dijo: ¡Koldo, vente para la cocina!... Y así me inicié. Sin más misterios. Después tuve la suerte de compartir fogones con Juan Mari Arzak, todo un maestro, y también me formé (y experimenté) cantidad durante mis años en el extranjero”, rememora Royo. Porque, inquieto por naturaleza, el joven Koldo de aquellos marchosos años 80 marchó a México y Francia, para después instalarse en Madrid.

Precisamente, en la capital de España, y de la mano del inolvidable Luis Irizar, acarició su primera Estrella Michelin. No sería la última. Años después, y ya empadronado en Mallorca (ciudad en la que reside desde 1985), logró otra más para la cocina del restaurante Porto Pí. E incluso obtendría una tercera para su propio local, al que bautizó con su propio nombre en 1989, y que también sería galardonado con la máxima condecoración gastronómica mundial: el Restaurante Koldo Royo, ubicado en el elegante Paseo Marítimo de Palma. Con él inauguró una década, la de los 90, en la que sus éxitos se multiplicaron. Tanto entre los fogones como en los platós de televisión. Porque Koldo, en aquellos años, compartió pantalla con la mismísima María Teresa Campos, en su Pasa la vida; o con Jordi González, en La Palmera. Después vendrían colaboraciones en programas con tanta solera como Corazón de Verano, el mítico Saber Vivir (todos en TVE), y las más de 500 emisiones que grabó para Canal Cocina: “En la televisión aprendí una barbaridad. Sobre lenguaje, ritmo, tiempos... Herramientas que me sirvieron para anticiparme un poquito al futuro y olfatear la importancia que iba a tener Internet”.

“Cerré mi negocio para dedicarme a la gastronomía, pero desde otro prisma: el digital”

De hecho, en el año 1995, cuando la Red aún nos sonaba a película de Star Wars, el propio Koldo impulsó una de las primeras webs gastronómicas del mundo: afuegolento.com. Un site (aún activo) que cosechó un incontestable éxito a nivel mundial y que, una década después, se convirtió en la columna vertebral de su vida. “Entonces nadie lo entendió, pero cuando tuve mi casa pagada, en 2008, tomé la decisión más importante de mi vida. Cerré mi restaurante para dedicarme a la gastronomía, pero desde otro prisma: el digital. Por Internet, dando cursos, conferencias, grabando vídeos, recetas...”, especifica. Y además, en su tiempo libre, también importó un negocio que ahora resulta habitual, pero que a finales de los 2000 “muchos tachaban de despropósito”: los Food Trucks, furgonetas de comida rápida.

Así culminó la que podríamos denominar como su penúltima etapa. Porque ahora, desde hace poco más de dos años, ya en la era post-pandemia, Koldo está 100% centrado en la creación de contenido para redes sociales: Facebook, Instagram y también TikTok. “Junto a mi cámara Leo Vlanko, decidí aplicar mis conocimientos y experiencia en la tele, pero adaptándolo todo a este nuevo lenguaje. Quería ser fresco, divertido, breve. Detallar recetas en solo 30 segundos...”. Y vaya si lo ha conseguido. Casi un millón y medio de followers degustan las aventuras culinarias de @chefkoldo. Desde su propuesta de hamburguesa personal (deliciosa, por cierto), hasta sus colaboraciones con primeras firmas como La Gula del Norte, Jata Electrodomésticos o las cafeteras DeLonghi. Una vuelta de tuerca más a esa apasionante y jugosa vida a la que Koldo nunca habría podido hincar el diente sin la valentía de abandonar el mundo off-line por el on-line. “Y lo que queda”, concluye.

Perfil digital

Una ‘delicia’ de fieles seguidores: Sus cifras en redes sociales dan absoluto vértigo. Con una comunidad de casi millón y medio de seguidores/as, sus followers se reparten así: más de 934.000 en TikTok, 208.000 en Instagram, y 106.000 en Facebook. Es, sin duda, el rey gastronómico de las llamadas redes sociales adolescentes, donde acumula seguidores/as repartidos por todo el planeta, principalmente procedentes del Estado y de América Latina.