El realizar ejercicio de manera regular es importantísimo para la salud física y psicológica de las personas de cualquier edad. Sus beneficios en todos los sentidos son incuestionables, pero hay un momento de nuestras vidas en el que nuestra actividad vital o laboral tiende a remitir y puede pasarnos factura. Es ahí donde entra en acción la gimnasia de mantenimiento para los mayores a partir de una edad que puede ser diferente en función de la de cada caso particular y de la condición física de cada persona, pero que los expertos sitúan como norma general en los 65 años.

La gimnasia para mayores mejora la movilidad, la salud cardiopulmonar y la calidad de vida.

La práctica de cualquier actividad física para adultos que con un método y una planificación adecuadas ayuda a los sexagenarios a estar más activa física y mentalmente, por lo que es más que conveniente su realización. Ayuntamientos, organizaciones públicas y privadas, instituciones sanitarias, clubes deportivos, asociaciones vecinales.... Son muchas las posibilidades y lugares para mantener cuerpo y mente en un estado óptimo de forma sencilla y divertida.

Sobre todo porque, en función del grado de autonomía de cada persona (a esta edad ya hay gente con diferentes grados de dependencia que pueden condicionar su actividad)  también ayudan a mejorar su elasticidad, coordinación, autoestima, autonomía, memoria, humor. etc. En definitiva estamos hablando de más salud y calidad de vida.

Moverse es necesario para nuestro cuerpo a cualquier edad ya que el sedentarismo es una de las lacras de la sociedad moderna y perjudicial para la salud. Por eso debemos hacer ejercicio físico a todas las edades, ya que es clave para que nuestro cuerpo funcione correctamente. Y a determinadas edades, más todavía.  

El ejercicio mejora su autoestima, autonomía, memoria, humor y salud en general.

Caminar, nadar, bailar, andar en bicicleta, realizar sencillas tablas de gimnasia... toda actividad es válida y repercutirá positivamente en la salud y el bienestar. Entre sus beneficios está la mejora de la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza, la reducción del riesgo de caídas y la movilidad más efectiva.

También mejora el sistema inmunológico y disminuye el riesgo de padecer demencia. Combinado con una dieta equilibrada y adecuada para personas mayores, reduce el colesterol malo y la presión arterial, factores riesgo para enfermedades cardiovasculares. Además mejora el humor y la autoestima, por lo que reduce el riesgo de depresión.

Con ejercicio se evita la obesidad, el sobrepeso y sus consecuencias en la tercera edad, ya que la actividad física ayuda a controlar el porcentaje de grasa corporal y a aumentar la masa muscular. Además, mejora la capacidad cardiorespiratoria de la persona mayor.

Una pareja durante un ejercicio. Freepik

El ejercicio es conveniente realizarlo todos los días para que nos aporte el máximo de ventajas, pero si no se pueda es necesario al menos dos o tres veces por semana. Eso sí, mejor supervisado por profesionales o pautado por los médicos. En los propios centros de salud estarán encantados de facilitarte un programa idóneo para tus características para hacer ejercicio de forma sencilla y eficiente. 

Y no olvides que si tu estado de forma es ejemplar puedes realizar ejercicio físico más intenso en gimnasios, clubes, en la calle o en tu propio domicilio.

Los mejores ejercicios

  • Resistencia. Comprenden todos aquellos ejercicios de gimnasia suave para mayores que aumentan la frecuencia cardíaca y respiratoria. Hay muchas actividades para las personas mayores que incrementan su resistencia, como por ejemplo caminar, bailar, andar en bici o nadar durante media hora. Son los movimientos más naturales y sencillos los que muchas veces se convierten en los más sanos.
  • Fortalecimiento. Tienen el objetivo de desarrollar y tonificar los músculos, así como de fortalecer los huesos. Además, los ejercicios para la tercera edad para piernas les ayuda a poder andar durante más rato. Esto permite alargar la autonomía de la persona mayor, lo cual tiene un impacto directo en su salud mental.
  • Flexiones. Pequeñas series de extensión de brazos y piernas, utilización de bandas elásticas o levantamiento de peso moderado con botellas de agua o mancuernas livianas.
  • Abdominales. No deben ser tan intensos como para los más jóvenes, pero los ejercicios para perder barriga también pueden ser eficaces para personas mayores, ya que queman el exceso de grasa.
  • Equilibrio. Gracias a estos ejercicios, disminuyen las caídas de las personas mayores y se mitiga el miedo a salir a la calle ante el peligro de caerse, por lo que con estas actividades hacen que tengan confianza de nuevo y que salgan con más tranquilidad. Entre los ejercicios de equilibrio se incluyen algunos como paseos afianzando el talón o caminar levantando un pie para dejar caer el peso del cuerpo en el otro.
  • Flexibilidad. Los ejercicios de estiramiento ayudan al bienestar de los músculos, mejoran las articulaciones y la elongación muscular, y pueden incluir estiramiento y elevación de brazos, así como rotaciones del tronco o del cuello. Deben realizarse dos o tres 3 veces por semana durante al menos 15 minutos tandas de flexiones, extensiones e inclinaciones.