egazpi se publicita como Valle del Hierro, debido a la importancia histórica que ha tenido este material y a que sus principales atractivos turísticos están relacionados con el mismo. Pero a Legazpi se podría hacer llamar también Valle del Arte, por el gran número de obras de arte que se pueden contemplar en sus calles y edificios públicos, los artistas que ha dado la villa y la presencia de varios artistas guipuzcoanos en Legazpi. Por todos es sabido que algunas de las obras más conocidas de Eduardo Chillida se hicieron en la fábrica Patricio Echeverría, pero no ha sido el único artista que ha tenido una relación estrecha con la localidad. La peluquería Juan Kruz acoge una exposición de obras realizadas por Miguel Ángel Álvarez, otro artista que pasó largas horas en Legazpi.

Álvarez nació en Tolosa en 1927 y falleció en Donostia en 2011. Empezó a pintar siendo muy niño y su padre, viendo su afición, le llevó a las clases de Ignacio Sánchez Guardamino. Más adelante fue alumno de Ascensio Martiarena, quien le animó a presentarse a distintos certámenes de pintura. Ganó numerosos premios a lo largo de su vida, en España y Francia. Asimismo, expuso su obra en varias ocasiones. Destaca la retrospectiva que le dedicó el museo San Telmo en 1995.

Su estilo es figurativo, dedicándose especialmente al paisaje y los retratos. Realizó varios murales en las décadas de 1960 y 1970. Su dominio del dibujo queda muy patente en el tratamiento de la figura humana, como bien puede verse en la muestra de Legazpi.

Las obras que se pueden ver en la peluquería Juan Kruz muestran desnudos. De entre todas estas obras expuestas en Legazpi, sobresalen dos dibujos cubistas que hizo a mediados del siglo pasado en París. Cabe destacar también que algunas de las obras que se pueden ver en Legazpi se exponen por vez primera.

Los legazpiarras y los visitantes que se acerquen a la exposición de la peluquería Juan Kruz (en Kale Nagusia) pueden aprovechar para ver otras dos obras de Álvarez, sin salir de Legazpi: el gran cuadro cubista de la casa de cultura (en el primer descansillo de las escaleras que llevan al salón de actos, la sala de exposiciones y la biblioteca) y un mural que tiene Lenbur en Mirandaola.

El prestigio de Chillida y Oteiza provocó que muchos artistas guipuzcoanos de su época no obtuvieran el reconocimiento merecido. Entre ellos, Álvarez. Chillida le comentó en cierta ocasión al crítico de arte Edorta Kortadi que en Gipuzkoa había dos grandes dibujantes y uno de ellos era Álvarez. l

En la casa de cultura y en Mirandaola se pueden ver otras dos obras de este dibujante y pintor nacido en Tolosa