l covid-19 no es el único virus al que se enfrenta la sociedad. Uno de los más peligrosos es el incivismo. Urretxu también lo está padeciendo de muchas formas. Por ejemplo, en forma de destrozos y basura acumulada en el monte.

La zona de las piscinas municipales de Pagoeta se ha convertido en uno de los lugares preferidos para hacer botellón y algunos de los que se acercan por allí tienen la pésima costumbre de dejar en el monte los residuos. No contentos con ello, hacen añicos las botellas dejando el monte lleno de cristales y han causado daños a algunos de los árboles plantados recientemente.

El sábado, el Ayuntamiento de Urretxu organizó una jornada de auzolan, para limpiar la zona de las piscinas de Pagoeta. "Parece que este mal ha afectado también a nuestras calles, prados y bosques. No estamos hablando del covid-19, sino de la insensatez. Los servicios de limpieza han hecho su trabajo, pero los daños causados van más allá de la suciedad", denunció el Consistorio.

Los vecinos que participaron en la jornada de auzolan se reunieron en la entrada de las piscinas y trabajaron durante varias horas, llenando un buen número de bolsas de basura y reparando en la medida de lo posible los daños causados.

El sábado, varios vecinos ejercieron de médicos y curaron el monte. Pero el monte volverá a enfermar hasta que nos pongamos todos la vacuna contra el incivismo. Esta vacuna no ha salido de un laboratorio farmacéutico. No se llama Pfizer, Moderna o AstraZeneca. Se llama educación y existe desde siempre. Pero hay que promocionarla tanto como la Pfizer, la Moderna o la AstraZeneca. Y tenemos que ponérnosla todos. En este caso la inmunidad de rebaño no se consigue hasta que se la pone el 100% de la población, pues una oveja descarriada se basta y se sobra para hacer daño a la naturaleza.