ice el refrán que de tal palo, tal astilla. En el caso de la zumarragarra Lurdes Idiakez y sus hijos Alain y Markel, se cumple al 100%. Ella es profesora y sus dos hijos han seguido sus pasos. Idiakez lleva 40 años trabajando en la ikastola Haztegi de Legazpi. Se jubilará este año. Alain lleva seis años en la ikastola Urretxu-Zumarraga y Markel tres en el centro Salesianos-Donostia de Intxaurrondo.

La madre reconoce que dedicarse a la docencia no era un sueño. “Fui a Arrasate a estudiar COU, pues mi hermana vivía allí. Como en la escuela de magisterio de Eskoriatza las clases eran en euskera, Eskoria-tza está cerca de Arrasate y mi hermana y mi cuñado también eran profesores, decidí aprender magisterio”, recuerda.

No se arrepiente de la decisión tomada. “Es muy bonito ayudar a los alumnos en su camino, en colaboración con los padres. Compartir sus alegrías y tristezas y, por supuesto, tratar de satisfacer sus necesidades”.

Añade que este último año ha sido muy duro, pero ha servido para aprender. “Nos hemos enfrentado a un gran reto, hemos aprendido mucho y lo hemos superado”.

Está claro que su trabajo le gusta. Si no fuese así, los hijos lo hubieran notado y no hubiesen decidido dedicarse a la docencia. Eso sí, ellos tampoco soñaban con ser profesores. “Tenía en mente el mundo de la empresa y decidí estudiar Humanidades-Empresa. Pero acabé los estudios en plena crisis y no había trabajo para nosotros. Como llevaba toda la vida dedicándome a la dinamización de grupos, decidí estudiar el máster universitario en formación del profesorado (antiguo CAP)”, comenta Alain.

Markel tampoco tenía intención de ser profesor. Decidió estudiar IVEF, pero le recomendaron comenzar estudiando para profesor de actividad física y acabó estudiando varias especialidades del mundo de la enseñanza. Hoy en día es profesor de pedagogía terapéutica.

Alain comenta que su madre les da muy buenos consejos. “Cuando llego a casa preocupado o no sé cómo ayudar a un alumno, siempre da con la tecla correcta”.

Lurdes está orgullosa de sus hijos, claro. “Han demostrado que sirven, saben relacionarse con la gente y ayudar. Van por el buen camino y ellos también saben dar buenos consejos. Creo que son muy buenos profesores”, concluye.