sto de la desescalada está provocando situaciones peculiares. Los ciclistas llevaban siete semanas subidos al abominable rodillo y casi lloraron de emoción cuando supieron que el sábado por fin podrían rodar sobre el asfalto. Eso sí, con una condición: no pueden salir de su municipio. Y claro, el viernes por la tarde los grupos de Whatsapp echaban fuego: "¿Hasta dónde podemos ir? ¿Dónde está la frontera con el pueblo de al lado?". Una vez aclaradas las dudas, están aprovechando hasta el último metro. Hasta encontrarse con el ciclista del municipio de al lado, que viene en dirección contraria y también quiere aprovechar hasta el último metro de su pueblo.

En el caso de Urretxu, en dirección a Azkoitia pueden ir hasta la cantera, en dirección a Legazpi hasta la rotonda del barrio Aparicio y en dirección a Antzuola hasta el alto de Deskarga. En este último caso, al tratarse de una frontera natural, dan ganas de ponerse a gritar: "¡Eh! ¡Los de Antzuola! ¿Seguís ahí? ¿Qué tal lleváis el confinamiento? ¿Os queda papel higiénico? ¿Tenéis muchos kilómetros de carretera para pedalear?".

En el rato que estuvimos en la frontera no apareció ningún an-tzuolarra en bicicleta (hay que tener en cuenta que Deskarga es mucho más duro por Antzuola que por Urretxu), por lo que optamos por llamar a un antzuolarra para saber si siguen allí abajo y si están bien: Joseba Garitano vive en Urretxu, pero trabaja en la empresa Goizper de Antzuola, por lo que va a su localidad natal todos los días.

Garitano nos confirma que los an-tzuolarras están bien. No les faltan productos de primera necesidad, pero en el reparto de kilómetros de carretera salieron bastante mal parados. Aunque no es un pueblo pequeño en extensión (tiene 27'72 kilómetros cuadrados, más que Urretxu y Zumarraga), tiene pocos kilómetros de asfalto. Cuentan con la carretera que viene de Urretxu y va a Bergara y con otras dos que suben a otros tantos barrios. "Mis vecinos lo tienen bastante mal, pues todo son cuestas. El tramo más llano es el que va a Bergara y solo tiene 1,5 kilómetros".

Se las prometían muy felices con la apertura de la A-636, pues hasta entonces la carretera Urretxu-Bergara era muy peligrosa, y ahora va el coronavirus y les confina en su pueblo. Eso sí, tienen muy buenas pistas para andar con la bicicleta de montaña y, lo que es más importante, no tienen que mirar al reloj: como son poco más de 2.000 vecinos, pueden subir Deskarga a cualquier hora del día.