Joseba Korta González de Galdeano es un joven de 28 años que no se achica ante las adversidades. Nació con una enfermedad denominada atresia esofágica, es decir, con un trastorno digestivo en el cual el esófago no se desarrolla apropiadamente. Esta anomalía congénita le ha supuesto grandes dificultades en ciertos ámbitos del día a día. Es por ello que a la vida de Joseba Korta no se la puede definir como fácil; digamos, que está siendo algo diferente. Sin embargo, apasionante como ninguna otra.

Casi un año es lo que pasó Korta dentro de una incubadora, sin poder acudir a casa junto a sus familiares hasta los once meses de vida. Desde entonces, ha pasado por, aproximadamente, 30 operaciones quirúrgicas, de las que tiene en su piel marcado el recuerdo. Las cicatrices le hacen rememorar la persona tan enérgica y vitalista que es, sobre todo, en los momentos más complicados y abrumadores.

"En ocasiones me he sentido acomplejado", comenta Korta. Y es que ha tenido que renunciar a ciertas cosas obligado por la atresia esofágica. "He comido por sonda durante años", explica. Dicha anomalía provoca la imposibilidad de pasar alimentos de la boca al estómago, e incluso le dificulta respirar. A consecuencia, la comida y bebida le afectan más de lo común, imposibilitándole ingerir alimentos sólidos. También, ha sufrido problemas de corazón y fuertes anemias.

Empero, Korta nunca se ha estancado en sus limitaciones. "Soy una persona muy cabezota que siempre intenta conseguir y superar lo que se propone". De manera que lleva un tiempo aprendiendo a comer alimentos sin triturar.

A su vez, su problema de salud le ha impedido practicar una de sus grandes pasiones: el deporte. "Recuerdo que en la escuela nunca pude efectuar la asignatura de gimnasia, como sí lo hacían todos mis compañeros". No obstante, como animador no hay nadie mejor que él.

Gracias a su hermano Adrián, descubrió su afición por el fútbol, y su sentimiento incondicional por la SD Beasain. "Adrián comenzó a competir en las categorías inferiores del club vagonero, y yo le acompañaba a todos los encuentros como fan número uno". Desde entonces, su vida ha estado ligada al club beasaindarra y al deporte rey.

"La SD Beasain me ha dado felicidad, y mucha confianza en mí mismo". Korta lleva varias temporadas ejerciendo de delegado y ayudante en diferentes equipos del club, convirtiéndose imprescindible su labor y presencia dentro del fútbol beasaindarra.

"En el Beasain me siento valorado y querido. Me olvido de todos los problemas, y soy plenamente feliz", explica emocionado. "Me siento uno más". Además de grandes momentos, Korta ha ganado grandes amistades en el club. "Iñigo García, Rafa Jarit y Carlos de Frutos son personas que me han ayudado a seguir adelante, a crecer, porque rendirse nunca ha sido una opción para ellos". A su vez, ha ganado una cuadrilla de los más variada y animada: Los Pajarracos.

Asimismo, su familia es otro pilar fundamental en su vida. "Han pasado momentos muy duros por mi enfermedad", pero al igual que él, ellos nunca se han dado por vencidos.

Para Joseba Korta sus aitas y su amona Laura son sus amores incondicionales. Personas de las que habla con gran admiración y cariño. "Para mí, uno de los recuerdos más duros es haber visto a mi ama llorar por creer que no saldría adelante".

Aunque le cueste expresar sus sentimientos, les está eternamente agradecido, por todo.

UN FUTURO PROMETEDOR Tras finalizar los estudios de Documentación Sanitaria, Korta se encuentra trabajando en el Hospital Aita Menni de Arrasate. Sin embargo, comenta que su trabajo ideal sería alguno vinculado con los terrenos de juego, y "si no es mucho pedir" con la Real Sociedad.

Ahora, se prepara para seguir sumando logros. "Quién me diría que conseguiría acabar la San Silvestre". Lleva ya cuatro carreras finalizadas, y más que se propone acabar.

"Tengo ilusión de competir, por lo que quiero formar parte de la Federación de Deportes Adaptados". No cabe duda de que le espera un futuro prometedor al imparable Joseba Korta.