La piscina del polideportivo de Altza se llenó esta semana de agua por primera vez con el fin de llevar a cabo las primeras pruebas necesarias antes de su puesta en funcionamiento. El edificio deportivo ha terminado ya su obra de construcción y se encuentra en la fase de equipamiento interior.

Fuentes de Donostia Kirola explicaron que aunque la fecha de apertura se fijó por última vez en junio, la puesta en marcha de la nueva instalación podría adelantarse algunas semanas si la llegada de los suministros necesarios para equipar interiormente el polideportivo no se ve afectado por la huelga del transporte u otros condicionantes.

Aunque el agua ha cubierto el vaso de Altza, después se ha vaciado para llevar a cabos los distintos análisis y controles previos a la apertura y probar los sistemas de llenado y vaciado.

En la actualidad, en el nuevo polideportivo de Altza han sido instaladas ya las taquillas de los vestuarios, que tendrán todas cerradura electrónica, y se han colocado las mesas y sillas de los locales que se destinarán a las reuniones y clubs.

También están almacenados en el recinto deportivo distintos elementos destinados al recinto de natación como las corcheras y las porterías de waterpolo. Las corcheras se colocarán cuando la piscina se llene de nuevo de agua. Las máquinas del gimnasio aún no han llegado pero el suelo especial de esta sala se encuentra ya instalado.

También están ya en su lugar las canastas destinadas al baloncesto, al igual que los rieles que servirán para las cortinas que podrán dividir en tres la cancha polideportiva.

La piscina interior del polideportivo se completará con dos piletas exteriores, de pequeño tamaño, junto al solarium, que se podrá en marcha más tarde. Esta zona exterior del polideportivo, así como la urbanización, supondrá un coste de dos millones de euros al conjunto construido.

El polideportivo de Altza es una realidad ansiada por una gran parte de la población del barrio y sus alrededores. La obra comenzó cuatro años después de que se eligiera el proyecto a causa de la aparición de amianto en el solar.

Fue en abril de 2019 cuando comenzaron las obras del edificio, por lo que el próximo mes se cumplirán tres años, que no han estado exentos de sobresaltos, problemas laborales con las empresas y sobrecostes.

La obra se adjudicó por 10,2 millones de euros, menos de los 13,4 millones por los que se había licitado. Sin embargo, el coste fue aumentado como consecuencia de distintos añadidos y cambios. Primero se sumaron 1,3 millones de euros al precio inicial y después, 1,1. Los sobrecostes y retrasos han sido justificados por el departamento de Proyectos y Obras en distintas necesidades. Su director, Alfonso Vázquez, aseguró que la obra es de calidad y que su coste ha resultado ser del 1.100 euros por metro cuadrado, cuando la reforma del interior del Ayuntamiento ha costado 1.180 euros, la del Archivo municipal 1.075 euros y la de Villa Salia para convertirla en centro de día para personas sin hogar, 1.400 euros.