El Ayuntamiento de Donostia analizará la colocación de señales luminosas que adviertan de la velocidad de los vehículos junto a la ikastola de Martutene, donde no se puede circular ir a más de 30 kilómetros por hora, y estudiará también colocar badenes anchos, similares de los de la Avenida, para tratar de suavizar al máximo la circulación.

De este modo, espera, se evitarían peligros, como el sufrido a finales de enero cuando un vehículo se empotró pasando encima de la acera y se quedó con el morro dentro del patio. Aunque el suceso tuvo lugar en horario de comedor, había escolares en el patio, alguno de ellos a diez metros de suceso, según recuerdan madres del centro.

Responsables del Ayuntamiento de Donostia, encabezados por la concejala de Movilidad, Pilar Arana, se reunieron al mediodía de este viernes con una representación de la ikastola Arantzazuko Ama, presidida por su directora, Nagore Zubillaga, e integrantes de la Asociación de Padres y Madres (AMPA). También asistieron al encuentro las concejalas de Educación, Ane Oyarbide, y de Participación, Mariaje Idoeta, además de varias técnicas municipales de los departamentos implicados.

En el encuentro, las representantes del centro escolar hicieron hincapié en la necesidad de mejorar la seguridad en el entorno de la ikastola, ya que el accidente del pasado enero estuvo precedido de numerosos sustos que, incluso, habían llevado al centro escolar a solicitar la peatonalización del entorno.

Esta solicitud, sin embargo, no se llevará a cabo, según señaló la concejala de Movilidad en la reunión, ya que la circulación no tiene ahora otra alternativa que ir por el paseo de Martutene. No obstante, la representante municipal se mostró abierta a estudiar las demás reclamaciones de la ikastola, entre ellas, la colocación de una valla entre la acera y la carretera, y el ensanchamiento, aunque sea leve, de la zona peatonal, lo que conllevaría un estrechamiento de la calzada.

Arana considera que las señales luminosas que avisan de la velocidad pueden tener una utilidad en dirección Astigarraga-Loiola, aunque en sentido opuesto serían menos necesarias ya que existe una doble curva que hace ralentizar a los vehículos, por regla general. Esto, sin embargo, no sucedió en el útimo siniestro por causas que se desconocen.

Las señales luminosas tratan de reforzar la información sobre la existencia de un centro escolar que, según la queja de la propia escuela, es insuficiente.

En otros centros escolares de Donostia se han colocado también señales luminosas con un semáforo que se pone en rojo cuando los vehículos rebasan la velocidad permitida. Actualmente, hay dos, en Aldapeta y el alto de Miracruz.

En el encuentro en el consistorio, las distintas partes abordaron también otros problemas del entorno, como el camino hacia el campo de fútbol. Aunque hay un recorrido seguro, en ocasiones los escolares atajan por un lugar indebido, a dos metros del semáforo, lo que provoca igualmente peligros, destacados por los padres y madres.

El paso de tráfico junto a la ikastola de Martutene estaba destinado a desaparecer con la reforma del barrio para evitar las inundaciones. Según recordó el alcalde, Eneko Goia, el pasado martes, en un principio, el nuevo puente de Martutene iba a tener otra orientación y el tráfico se iba a dirigir por la calle Tranvía. Sin embargo, cambios de última dejaron la circulación por el paseo de Martutene.