- Donostia enarbola la bandera de la excelencia en distintos sectores, desde la investigación biomédica a la que tiene relación con una de las señas de identidad de Euskadi, la cocina.

Que el mundo de la gastronomía es mucho más que lo que se hace en los fogones, más que las estrellas Michelin, es evidente. En este camino en el que cada etapa, cada detalle, tiene importancia mayúscula -mirando al pasado, al presente y al futuro- el Basque Culinary Center (BCC) ocupa un puesto incontestable como Facultad de Ciencias Gastronómicas.

El BCC es ambicioso, de ahí que quiera conmemorar su décimo aniversario con distintos eventos y dando el impulso inicial al GOe (Gastronomy Open Ecosystem), un centro que busca ser referencia a nivel mundial "para la atracción, la capacitación avanzada y el desarrollo de talento emprendedor".

Como primer paso para que este proyecto vaya tomando forma el Gobierno de Donostia dio ayer luz verde al inicio del expediente que culminará con la cesión al BCC de un terreno de 5.500 metros cuadrados situados entre el centro cultural de Okendo y Zubiri-Manteo.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, explicó en su comparecencia de ayer que este primer trámite es el que el BCC necesita para poder ponerse manos a la obra en "la redacción del proyecto" que culminará en la materialización del GOe.

Siendo este solo el primer paso de todo un proceso, Goia no quiso adelantar por cuánto tiempo se formalizará la cesión de los suelos reservados al BCC en una finca de propiedad municipal, Okendo Alde, que tiene una extensión total de 25.790 metros cuadrados.

Goia recordó que la sede central del BCC se levantó sobre un terreno también de titularidad municipal, en función de un acuerdo similar al que regirá en esta ocasión.

Finalizado el plazo de cesión del suelo este revertiría al Consistorio, aunque no es esta una posibilidad que se tome en consideración en la actualidad.

El GOe, que tendrá su sede en el suelo que el Consistorio cederá al BCC en Gros, se enmarca en la iniciativa The Good Global Ecosystem promovida por el Gobierno Vasco y un consorcio de 60 empresas.

Este centro pretende ser un "espacio físico y virtual de atracción de talento, empresas y otros actores globales orientado a la generación de valor en el sector de la gastronomía".

En el año de la conmemoración del décimo aniversario del nacimiento del BCC, el nuevo centro pretende echar a andar sobre la misma premisa: la singularidad.

Desde Manteo se impulsará y facilitará el desarrollo de proyectos innovadores, se trabajará en la formación avanzada y en la colocación "del ecosistema del BCC en la vanguardia global".

El Basque Culinary Center no quiere parar y en ese camino de crecimiento cuenta con socios como el Consistorio donostiarra, que puede realizar aportaciones de especial importancia.

Pese a que todavía queda todo por hacer en lo que será el nuevo espacio del BCC, sí se perfila que sirva para acoger, entre otras dotaciones, aulas de posgrado, laboratorios y talleres para el desarrollo de productos y servicios, además de áreas de coworking, exposiciones y eventos.

Además, conllevará la creación de una comunidad digital de investigación y traslado de experiencias que partirá con 2.000 miembros.