El alcalde de Donostia, Eneko Goia, ha considerado que la posibilidad de retrasar el cierre de la hostelería a las 23.00 horas, puede no ser un error y sí "una opción que debería estar encima de la mesa" en las próximas reuniones al respecto, aunque también ha advertido que "ir demasiado rápido" a la hora de flexibilizar las medidas para luchar contra la pandemia puede tener "consecuencias negativas e igual merece la pena aguantar un poco más para salir mejor".

En declaraciones a Radio Euskadi, el primer edil de la capital donostiarra ha analizado el impacto de la pandemia de la covid-19 y ha manifestado que es "muy duro gestionar" una situación que no es "del gusto de nadie, en la que hay que tomar muchas decisiones a veces comprometidas".

Respecto a las medidas a adoptar de cara a las próximas semanas, ha apostado por ser "receptivos" a lo que trasladan quienes "tienen más conocimiento de la cuestión", en referencia al LABI técnico.

"En este momento se cruzan dos momentos; por un lado la bajada de contagios, que parece ralentizarse, y, por otro, la curva de vacunación que está subiendo. La comisión técnica del LABI analizará el punto en el que estamos y propondrá las medidas para no caer en riesgos", ha expresado en relación a la reunión que mantendrán el próximo lunes.

Tras reconocer que toda la ciudadanía está cansada y "aguantar un poco más cada vez es más costoso", ha advertido que, "si no lo hacemos, igual cometemos un error". "Ir demasiado rápido puede ser un error con consecuencias negativas e igual merece la pena aguantar un poco más para salir mejor. Veremos qué se propone y si se pueden flexibilizar algunas cosas", ha añadido.

Por otro lado, Goia ha reconocido que se dan "presiones" desde el sector de la hostelería, "que está sufriendo mucho y le impacta de lleno la actual situación".

"Eso lo entiendo perfectamente y creo que hay que intentar ayudar al sector, pero sin perder la perspectiva ni cometer errores", ha afirmado, al tiempo que ha propuesto que retrasar un par de horas el cierre de la hostelería puede "no ser un error y sí una opción que debería estar encima de la mesa".

A su juicio, desde el punto de vista de la restauración, el cerrar a las 23.00 horas "podría permitir que el segundo turno de cena se pueda hacer de alguna forma un poco más relajada".